Martes 12 de noviembre de 2013, p. 25
La apertura del sector energético de México a la inversión privada podría significar una mini revolución
para la segunda economía de América Latina y la oportunidad de grandes ganancias, opinó el principal analista de mercados emergentes del banco británico HSBC. El gobierno mexicano presentó en agosto una reforma energética que busca seducir a los capitales privados mediante contratos de utilidad compartida en los sectores petrolero y gasífero, pero sin ceder la propiedad estatal en los hidrocarburos. Sin embargo, dos legisladores del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI) dijeron la semana pasada a Reuters que el gobierno podría ir más allá y considerar incluso acuerdos de producción compartida
, un cambio crucial que podría disparar el interés de los grandes jugadores del negocio petrolero.