Cientos de cuerpos en las calles de Tacloban, la ciudad más perjudicada por el meteoro
La agencia nacional de desastres afirma que más de 4 millones de personas resultaron afectadas
Versión de que en la provincia de Leyte hay 10 mil decesos; la ONU pide canalizar ayuda
Domingo 10 de noviembre de 2013, p. 17
Tacloban, domingo 10 de noviembre.
Los vientos rugieron y las nubes oscuras y la lluvia torrencial transformaron el día en noche, al tiempo que el súper tifón Haiyan, uno de los más poderosos que hayan tocado tierra, abandonó ayer Filipinas y se dirigía hacia Vietnam, dejando pueblos y ciudades devastados, así como mil 200 muertos.
La ciudad más perjudicada fue Tacloban, ubicada en la isla de Leyte, donde testigos reportaron que cientos de cuerpos estaban esparcidos por las calles.
La Cruz Roja Filipina dijo que más de mil residentes fallecieron. Otros 200 perdieron la vida en la isla de Samar, primera ciudad golpeada –el viernes– por Haiyan (Yolanda).
Muchas comunidades que se encontraban en el paso del meteoro, como Guiuan, pueblo de pescadores de 40 mil habitantes en Samar, permanecían incomunicadas y en la zozobra, debido a que, quizá, la cifra de decesos se incrementará en los próximos días.
En Palo, cercano a Tacloban, más de 20 cuerpos fueron resguardados en una iglesia, la cual fue habilitada como morgue.
Camino de destrucción
Con vientos de hasta 315 kilómetros por hora y olas de entre 5 y 6 metros de altura, Haiyan sembró un camino de destrucción en el centro y sur de Filipinas al arrancar techos, tirar árboles y voltear autos como si fueran cajas de cartón. Al tocar tierra, las ráfagas llegaron a 380 kilómetros por hora.
En Tacloban el meteoro lanzó a los habitantes de edificios al mar, mientras las inundaciones dejaron muchas áreas con el riesgo de sufrir deslaves.
“Pensamos que era un tsunami”, expresó Floremil Mazo, refiriéndose a las olas gigantes que inundaron su pueblo.
El ministro de Energía, Jericho Petilla, señaló que los pueblos aledaños, como Palo, Ormoc, Burauen y Carigara, se veían todos iguales: edificios sin techos y calles llenas de árboles caídos
.
La jefa de la Cruz Roja de Filipinas, Gwendolyn Pang, manifestó que la cifras preliminares de grupos de la Cruz Roja en tierra sugieren que mil 200 personas murieron.
En Londres, otras agencias de ayuda humanitaria sostuvieron que la cifra podría aumentar mucho más
.
Pang expresó su preocupación por Capizal, ciudad al oeste de Tacloban, donde mucha infraestructura quedó destruida.
Pang dijo a la agencia Reuters que más de mil cuerpos fueron vistos flotando
en Tacloban por trabajadores de la Cruz Roja.En Samar hay unos 200
, añadió.
La televisión mostró carros apilados uno encima de otro y las calles llenas de cables de luz que fueron arrancados, árboles caídos y delgados techos de lámina.
“La última vez que vi algo de esta magnitud fue tras el tsunami del océano Índico”, el cual dejó 220 mil muertos en 2004, indicó Sebastian Rhodes Stampa, jefe del equipo de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Tacloban.
Con caminos bloqueados por el agua y árboles caídos, líneas telefónicas cortadas y sin luz, las agencias de rescate batallan para llegar a las áreas afectadas.
A pesar de que el aeropuerto de Tacloban quedó completamente destruido por las olas gigantes, que rompieron vidrios y volcaron vehículos, tres aviones militares pudieron aterrizar con ayuda para los damnificados.
El administrador de la terminal aérea, Efrem Nagrama, afirmó que el nivel del agua alcanzó cuatro metros. “Fue como un tsunami. Escapamos por las ventanas y yo me agarré de un poste por una hora mientras parte del personal sobrevivió subiendo a los árboles”, relató Nagrama.
Jim Pe, jefe de gobierno de Coron, pueblo en Busuanga, última isla golpeada por Haiyan, describió los vientos como un 747 que pasaba sobre mi cabeza
.
De acuerdo con la agencia nacional de desastres, Haiyan afectó a 4 millones de personas en Filipinas. Sin embargo, gracias a que el gobierno evacuó a 750 mil se redujeron las cifras mortales.
El tifón, de nivel cinco, se redujo a categoría cuatro, pero los pronósticos señalan que podría volver a cobrar fuerza en el mar del sur de China.
En Vietnam, donde se esperaque llegue este domingo, 500 mil personas fueron evacuadas de áreas de alto riesgo.
La Organización de Naciones Unidas pidió apoyo internacional tras el impacto del tifón y el Programa Mundial de Alimentos se moviliza para apoyar al gobierno filipino con 2 millones de dólares para la operación, aunque solicitará más fondos en la medida que las necesidades sean más claras.
En tanto, el secretario de Estado estadunidense, John Kerry, dijo que Estados Unidos estaba listo para ayudar a Filipinas, al tiempo que el mandatario francés, François Hollande, reiteró su apoyo a esa nación. A su vez, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, propuso enviar ayuda de urgencia al gobierno filipino.
Al cierre de esta edición, un alto responsable de la policía en Tacloban dijo que sólo en la provincia de Layte unas 10 mil personas podrían haber fallecido.