Chivas no ha perdido como local en 31 años frente a los auriazules, que son penúltimos
La policía persiguió a aficionados que colgaron mantas en contra de la directiva rojiblanca
Lunes 4 de noviembre de 2013, p. 3
Guadalajara, 3 de noviembre.
En duelo cargado de morbo entre equipos deprimidos, el Guadalajara demostró que es menos malo al vencer 1-0 a los Pumas de la UNAM, y de paso acabó con el lastre de 12 partidos sin triunfo.
En la cancha del estadio Omnilife se cerró la fecha 16; la solitaria anotación fue de Rafael Márquez Lugo al minuto 13, con lo que el Rebaño llegó a 12 puntos, trepó un escalón y refundió a Pumas, con 10 unidades, en el penúltimo lugar de la tabla general.
Al finalizar el encuentro, un sector festejaba en las tribunas la pírrica victoria, mientras otros bajaban del alambrado unas mantas que rezaban: Se van o se mueren
, La paciencia se acabó
, Con la historia no se juega
, Directiva mediocre
y Vergara, lárgate
.
Luego, la policía privada y pública persiguió durante 10 minutos a los aficionados que colgaron las mantas.
En la cancha, el Guadalajara mostró pundonor y quiso hacer respetar su campo –donde los Pumas tienen 31 años sin ganar–, encajonó a los auriazules, mientras éstos parecían incómodos, sin ideas ni cohesión.
Al minuto 12 el balón rebotó en el capitán Darío Verón, Aldo de Nigris quiso controlar, mientras Efraín Velarde se estiró intentando despejar, pero en un instante llegó como ráfaga Márquez, quien sin pensarlo conectó para imponer el 1-0 en favor de los rojiblancos, con envío que entró a la derecha del guardameta Alejandro Palacios.
Los auriazules buscaron reaccionar, pero lo hicieron esporádicamente, sin consistencia, mareados por el vertiginoso ritmo de Chivas. Al minuto 20 el español Luis García dio un centro retrasado hacia Javier Cortés, en uno de los pocos avances universitarios, sin embargo, éste disparó con potencia y sin tino, encima del larguero.
Las siguientes llegadas del equipo visitante fueron pobres, sin convicción, algunas bien resueltas por el portero José Antonio Rodríguez, quien con sus buenas actuaciones ha remitido al banquillo a Luis Michel.
Al minuto 36 el portero Palacios evidenció su desconcentración, se confió y dejó pasar un balón que casi entra a su meta. Minutos más tarde, el Pikolín II se lanzó a la izquierda para rechazar un peligroso disparo de Aldo de Nigris.
Para la parte complementaria las Chivas buscaron mantener el dominio; sin embargo, Jesús Sánchez se mostró disminuido, su rendimiento bajó ostensiblemente, mientras Héctor Reynoso causó baja por lesión y su lugar lo ocupó Néstor Vidrio.
El técnico José Luis Trejo mandó a la cancha a dos atacantes, los argentinos Martín Bravo y Ariel Nahuelpán, pero fue Luis García quien sacudió el travesaño con un potente tiro de media distancia.
La respuesta fue casi al momento, pues al minuto 63 Rafael Márquez cimbró el larguero de los auriazules, el juego ganó dinamismo y lucha, ahora con ligero dominio de los visitantes, que por unos instantes buscaron evitar la derrota.
Juan Carlos Ortega, estratega local, decidió amarrar el triunfo y reforzó su defensa: sacó a Aldo de Nigris e ingresó a Antonio Gallardo. Trejo respondió con la salida del veterano Martín Romagnoli y la entrada de Carlos Campos.
En la recta final el ritmo decayó, los pelotazos elevados sin destino comenzaron a ser constantes y el balón cambió de dueño con extrema facilidad. Al minuto 80 Darío Verón regresó el esférico al portero Palacios, quien titubeó en recogerlo con las manos, recordó el reglamento y entonces obstruyó con su cuerpo un posible remate de Marco Fabián; no obstante, el silbante Jorge Isaac Rojas no marcó nada.
Al minuto 83 Márquez Lugo casi clava el segundo, pero el defensa Marco Palacios le estorbó y el atacante ya no tuvo comodidad para sacar su disparo.
Al minuto 86 Ortega sacó a Ángel Zaldívar e ingresó a Carlos Cisneros. Los Pumas se abocaron a defender, aunque al minuto 90 dejaron ir una excelente oportunidad cuando Ariel Nahuelpán recibió un servicio, creyó que estaba en posición adelantada y dejó pasar el balón.
En el alargue el silbante no marcó lo que parecía un penal sobre Marco Fabián y las protestas y rechiflas entre el escaso público no se hicieron esperar.