El grupo sudamericano Bajofondo llegará a México para ofrecer una serie de conciertos en varias ciudades, en los que dará a conocer su nuevo disco, Presente, que Gustavo Santaolalla (El Palomar, Argentina, 1951), líder del proyecto, define como el más representativo de lo que la banda ha querido hacer a lo largo de 10 años de trayectoria.

En entrevista telefónica desde Los Ángeles, California, adonde llegó, dijo, después de hacer su tercera vuelta al mundo en los pasados dos años, añadió: “Esta vez fui a Corea del Sur a hacer una gira con Bajofondo. Es la cuarta vez que vamos a Corea; de ahí me fui a Bélgica a un festival de cine, en el que fui jurado; luego me fui a Venecia a un programa que tiene Rolex que se llama Iniciativa de Mentores y Protegidos, alucinante, que aparea a maestros de diferentes disciplinas con jóvenes que van empezando. Todo esto pasó en dos y media semanas.

Con Bajofondo tenemos la oportunidad de ir por todas partes del mundo y lo que he hecho en el cine también ha ayudado mucho.

Santaolalla es compositor, músico y productor que ha ganado dos premios Óscar, un Globo de Oro y 12 Grammys (estadunidenses y latinos). Bajofondo está postulado al Grammy Latino 2013 en las categorías de mejor álbum del año y mejor álbum instrumental por su disco Presente, y a mejor canción alternativa por Pena en mi corazón.

Sonidos de Río de la Plata

El título de Presente alude a una excitante mezcla de tango, milonga, folclor, rock, hip-hop, electrónica, jazz, música de concierto y un mundo de sonidos del Río de la Plata, el afluente que une y separa a Argentina y Uruguay. Son 21 canciones.

Bajofondo irrumpió en la escena musical con su disco Tango club, con el cual ganó un Grammy Latino como mejor álbum de pop instrumental en 2003; el concepto se convirtió en una banda completa con la adición del baterista Adrián Sosa en Mar dulce (2007), que contó con invitados como Elvis Costello, Julieta Venegas y Nelly Furtado.

En Presente, Santaolalla y el guitarrista y programador Juan Campodónico una vez más captaron los puntos en común y aspectos únicos de la música que vive en las márgenes del río; pero esta vez con un acercamiento decididamente internacional, convirtiendo al disco en el más ambicioso del grupo.

El título del primer sencillo, Pide piso, es una expresión rioplatense que hace alusión a alguien indeseable que, precisamente, pide piso, ser tirado al suelo de un puñetazo, pero también podría referirse a alguien que espera con ansiedad el momento de sacarle chispas a la pista de baile. Código de barra contrasta con la introducción suave y llega hasta un ataque sónico frontal; el título simultáneamente se refiere al simple código de barras de cualquier producto, o a códigos de lenguaje sólo reconocibles por un grupo de amigos o aquellos que frecuenten un tango bar.

Olvídate ilustra la inusual habilidad de Bajofondo para mezclar sofisticación con manifestaciones más mundanas o populares. Comienza con un latido rítmico en el que la música disco se encuentra con el bandoneón y súbitamente, cuando uno menos lo espera, aparece un coro que podría haber sido sacado de cualquier tribuna de un estadio de futbol argentino.

Con 11 violines, cuatro violas, tres violonchelos y tres contrabajos, Presente es el álbum con más cuerdas en la historia de Bajofondo. Esta vez trabajamos más que nunca en las partes orquestales, dijo Santaolalla. “Ya habíamos hecho algo similar en Mar dulce, pero Presente es un proyecto mucho más grande y requirió que dedicáramos más tiempo a ese aspecto. Estamos fascinados con el resultado”. Además, varios temas del álbum contienen instrumentos de viento y percusión más allá de la batería.

Bajofondo está integrado por Gustavo Santaolalla, guitarra, percusión, voz, coros; Juan Campodónico, programación, ritmos, voz, guitarra; Luciano Supervielle, piano, teclados, scratches; Javier Casalla, violín; Martín Ferrés, bandoneón; Gabriel Casacuberta, contrabajo, bajo eléctrico; Adrián Sosa, batería, y Verónica Loza, VJ, voz.

Antes de Bajofondo, Santaolalla ya había colaborado al éxito de numerosos músicos. Como productor, su carrera empezó con el debut epónimo de León Gieco en 1973; continuó con álbumes clásicos de G.I.T. y Maldita Vecindad, y explotó en los años 90 con El circo (1991), la obra maestra de los malditos. También, ¿Dónde jugarán las niñas? (El debut de Molotov en 1997, que vendió más de 2 millones de copias); La era de la boludez, de Divididos, y el primero de una larga lista de clásicos para un nuevo grupo mexicano, que cambiaría las reglas del rock en español: Café Tacuba.

Una incompleta lista de créditos incluye las producciones de discos de Bersuit, La Vela Puerca, Julieta Venegas, Jaime Torres, De La Guarda, Árbol, El Otro Yo, Juana Molina, Orozco-Barrientos, Gustavo Galindo, Kronos Quartet, Antonio Carmona y Juanes.

Agregó que Presente es el disco que más los representa, en sus 10 años de carrera, “en un proyecto que iniciamos Campodónico y yo. Era un grupo de estudio y de repente explotó con Tango club. Al tocar en vivo la música empezó a mutar, de una cosa programada y electrónica a algo más de sangre. Con este nuevo disco sentimos la necesidad de hacer algo como la banda que ya somos, donde no tenemos invitados y es una obra más personal y conceptual, porque todo es como un película imaginaria, que cada oyente se puede hacer. Este disco nos permitirá acabar de una vez con las etiquetas, porque ahora la música de Bajofondo es de Bajofondo”.

–¿Cuáles son los límites de la reinvención?

–No hay que ponerse límites. No quedarnos en nuestra zona de comodidad es algo que hemos determinado en Bajofondo y, en mi caso, como productor y músico. Siempre todo se va ciñendo a una especie de estilo que se va puliendo. Este presente se compone de un pasado de 10 años, con un lenguaje nuestro. Esto abre un futuro para hacer cosas nuevas.

Posibilidades para grabar

Consideró que el actual es un momento muy especial para la música, por las posibilidades para grabar las ideas musicales. “Se pueden hacer discos en dormitorios. Claro, no toda la música es buena.

–¿Qué es lo vanguardista, hoy?

–Vanguardia hay en los distintos frentes, en la música alternativa, electrónica… son los que trabajan con cosas inesperadas; son los que pueden reinventarse, como es el caso de Café Tacvba.

–¿Cuánto le queda de vida al disco físico?

–Eso es muy relativo, porque hay que ver lo que pasa con el vinilo, que había desaparecido, y reapareció. Al cedé le queda poco tiempo.

–¿Ustedes se oyen diferente en vivo, respecto de sus discos de estudio?

–Eso es cierto. La energía es distinta. Hay bandas a las que el público prefiere en disco porque en vivo se escuchan horrible. Con la música en vivo es el contacto inmediato, la impronta del presente.

Bajofondo tocará el primero de noviembre, en el XI Festival de las Almas, en Valle de Bravo; el 3 de noviembre, en El Plaza Condesa, a las 19:00 horas (boletos en Ticketmaster, al 5325 9000), y el 4 de noviembre en el  XIX Festival de Calaveras, en Aguascalientes.