Para ser tal, los espectáculos deben sorprender, atraer la mirada, hacer que cunda el silencio, escuchar atentamente, gritar, suspirar, llorar, reír, mover el alma en sus recuerdos más íntimos. Esta es la materia de la exposición Héctor García, crónicas del espectáculo, instalada en la Galería del Auditorio Nacional.

Héctor García va más allá del escenario y muestra a los personajes en los camerinos, en la calle, con elefantes, con sus vestuarios brillantes, iridiscentes, con sus cuerpos bellos, según el concepto platónico de la proporción de las formas.

El espectáculo puede estar en la calle, como se muestra en una imagen sin título ni fecha, donde una bailarina es captada en vilo, grácil, en Paseo de la Reforma, cuando la escultura ecuestre de Carlos IV, El caballito, cabalgaba en un mismo punto. Hoy está dañado porque al ser restaurado le hicieron lo contrario.

O esa otra foto que eternizó el momento en que dos elefantes con los ojos llorosos siguen a una domadora con un minitraje con estampados atigrados o aleopardados. En una más, Ana Bertha Lepe como jugadora de futbol americano, que proyecta una delicadeza para el deporte rudo de las tacleadas. Aquella en la que un ramillete de féminas bromea con candidez cuando una de ellas habla por teléfono a su pretendiente, novio o lo que sea.

Sorprende el erotismo de unas rubias reposando en un sofá, esperando algo, quizá un abrazo; una alzando una pierna en 90 grados... si eso hace ahí...

Las mujeres del espectáculo de Héctor pueden no ser famosas, pero por eso son más interesantes, porque están al alcance de la mano. No son diosas.

Héctor García (ciudad de México, 23 de agosto de 1923-2 de junio de 2012) fue llamado por Carlos Monsiváis como Fotógrafo de la ciudad. Es reconocido por su extensa obra fotográfica que retrata la vida del México de mediados del siglo XX. Reportero gráfico o fotorreportero –como se hacia llamar a sí mismo–, trabajó para distintas publicaciones como Mañana, Siempre!, Revista de América, Time, Life Cruceiros y Novedades. Recibió en tres ocasiones el Premio Nacional de Periodismo en los años 1958, 1968 y 1979; el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 2002 e ingresó a la Academia de Artes en 2005.

La muestra fotográfica que ahora se exhibe está integrada por 38 imágenes en las que retrata el mundo del espectáculo y la vida nocturna del Distrito Federal. Provienen del acervo perteneciente a la Fundación María y Héctor García, que resguarda más de un millón de imágenes del fotoperiodista. Las piezas dejan ver las diversas inquietudes del autor, así como su ironía y sentido del humor.

Alumno de Gabriel Figueroa y Manuel Álvarez Bravo, Héctor García, el llamado Cronista de la ciudad de México, logró capturar con su cámara imágenes de la segunda mitad del siglo XX en México, en las que además del valor histórico y estético destaca su tenacidad por registrar la cotidianidad, explica Itzel Vargas Plata, curadora invitada de la muestra.

“La vida laboral de México retratada por García incluyó al gremio del espectáculo: rumberas, bailarines, actores, directores, cómicos y divas. Todos esos mundos en uno, como diferentes ‘Méxicos’ en un solo territorio”, comenta la experta.

En la muestra se pueden ver a Yolanda Montes Tongolele, Gloria Mestre, Silvia Pinal, Libertad Lamarque, Aurora Castillón, Pedro Infante y María Félix, Rosita Fornés, Ana Bertha Lepe y Alfonso Arau.