Se ordena a Sagarpa y Semarnat no dar permiso para liberar maíz transgénico
Por primera vez un juez resolvió una medida precautoria después de años de esfuerzos y la sordera de las autoridades
, dijo
Pendiente de resolución, la acción colectiva de 53 organizaciones
Viernes 11 de octubre de 2013, p. 39
Un juzgado federal ordenó a las secretarías de Medio Ambiente y Agricultura no otorgar más permisos de liberación al ambiente de maíz transgénico. Esto imposibilita cualquier aval del gobierno a las solicitudes de cultivo comercial del grano en el campo mexicano que presentaron Monsanto y Pionner en tanto se resuelve la acción colectiva que interpusieron 53 organizaciones y ciudadanos.
Con esta primera resolución sobre la acción colectiva se reconoce el derecho legítimo y colectivo de los mexicanos sobre el medio ambiente, plasmado en la Constitución y en tratados internacionales, dijo en conferencia de prensa ayer por la mañana el sacerdote Miguel Concha, del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria.
Por su parte, el titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Enrique Martínez, sostuvo sobre esta orden judicial que los amparos y litigios están en manos de los abogados; ellos tomarán la decisión que corresponda
.
En breve entrevista, luego de inaugurar la 36 Conferencia Norteamérica-Unión Europea sobre Agricultura, el funcionario dijo que la aprobación de las siembras comerciales se dará cuando se tenga información científica más amplia.
La acción colectiva se presentó el 5 de julio en el juzgado 12 de distrito en materia civil en el Distrito Federal como demanda para un medio ambiente sano y por la diversidad biológica de los maíces, en contra de las dos secretarías encargadas de otorgar las autorizaciones y las empresas que pretenden realizar los cultivos.
El pasado 20 de septiembre se notificó a los demandantes del establecimiento de la medida precautoria, explicó el abogado René Sánchez Galindo. En tanto, sigue el proceso de la acción colectiva con la notificación a las empresas –las cuales no aceptaron recibir el aviso–, la etapa de conciliación ante el juez, la presentación de pruebas y peritajes, y la sentencia final, agregó.
Esta es una fase más en la lucha de diversas organizaciones, campesinos y científicos en la defensa del centro de origen del grano que está en México, que consideran amenazado por el transgénico.
El proceso para la liberación comercial del maíz genéticamente modificado está en la última etapa, luego de que las empresas ya hicieron pruebas experimentales y piloto.
Hay al menos tres solicitudes pendientes de resolución ante las dependencias, una de ellas para la siembra en alrededor de 11 millones de hectáreas.
Entre 2009 y 2010, la Sagarpa y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) otorgaron 29 permisos de liberación al ambiente en etapa experimental de maíz transgénico en Sonora, Sinaloa, Tamaulipas y Chihuahua, según información de AgroBio México.
Miguel Concha Malo sostuvo que por primera vez un juez resolvió una medida precautoria después de años de esfuerzos y de la sordera de las autoridades. Apuntó que tras la entrada en vigor de la Ley de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados se encontraron en el campo maíces transgénicos cuyo cultivo no estaba autorizado, lo cual va en menoscabo del derecho colectivo de conservar, participar y utilizar la agrobiodiversidad. Los permisos atentan contra este derecho colectivo, se viola el derecho a la alimentación sana y el derecho a la salud
. Entre los demandantes están los expertos Víctor Toledo y Antonio Turrent, y organizaciones como la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC) y Semillas de Vida.
A su vez, José Sarukhán, coordinador de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, dijo a legisladores procedentes de la Confederación Nacional Campesina (CNC) que no debe permitirse la introducción comercial de maíz transgénico, ya que su uso intensivo en otros países ha provocado el surgimiento de súper insectos y súper malezas, y no arroja ningún rendimiento mayor por hectárea.
En reunión privada con los legisladores –de acuerdo con un comunicado de la CNC– explicó que en el país no hay capacidad de monitoreo, vigilancia ni control sobre el maíz genéticamente modificado ni tampoco la industria ha esperado el tiempo suficiente para hacer las pruebas científicas adecuadas que arrojen resultados sobre si provocan daños a la salud.
Por el contrario, Francisco Bolívar Zapata, biotecnólogo y coordinador de Ciencia y Tecnología de la Presidencia de la República, en Flacso presentó por la tarde la conferencia Organismos transgénicos: sus grandes beneficios y la ausencia de daño. Allí argumentó que la Organización Mundial de la Salud y la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos han señalado de manera contundente que se han hecho muchísimos estudios que han demostrado que los organismos genéticamente modificados no tienen efectos en la salud y el medio ambiente, por eso se usan cada vez más
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