Desoyen advertencias del Cenapred
Martes 1º de octubre de 2013, p. 5
Chilpancingo, Gro., 30 de septiembre.
Habitantes de seis colonias de esta capital se negaron a acatar la alerta que el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) emitió el pasado 22 de septiembre, y también ignoraron el llamado que el gobernador Ángel Aguirre Rivero hizo la noche del domingo para que desalojen sus viviendas.
Por lo menos 300 damnificados que proceden de la barranca Calaveras, que fueron ubicados en la escuela primaria José Martí, en la zona céntrica de Chilpancingo, bloquearon esta tarde el libramiento a Tixtla, para protestar contra la intención de removerlos a otro albergue.
Colocaron sus pertenencias sobre el suelo como medida de presión para que el alcalde Mario Moreno Arcos acudiera a dialogar con ellos y encontrar una solución a su ubicación temporal en las escuelas. Dijeron que no fueron avisados de que serían ubicados en otro lugar; hasta la mañana del lunes elementos del Ejército les pidieron abandonar el inmueble con el argumento de que el plantel tendría que reanudar actividades.
En un recorrido por las colonias Rosario Ibarra, Villas Magisteriales, Emperador Cuauhtémoc, Río Azul, Villas El Parador y Villas Vicente Guerrero, no se observaron este lunes movimientos ni desalojo de viviendas. Carlos Vélez, presidente de la colonia Rosario Ibarra, afirmó que únicamente seis de 40 familias desalojaron sus hogares, pues las autoridades ‘‘nos dicen que sólo nos van a pagar un mes de renta’’.
Suelo reblandecido por las lluvias
El Cenapred dictaminó que los sectores citados debían evacuarse, pues el suelo se reblandeció por las lluvias recientes. La Subsecretaría de Protección Civil estatal dijo a los vecinos que debían abandonar sus hogares, pero hicieron caso omiso.
Por otro lado, a una semana de que la secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, visitó el municipio de Tlapa de Comonfort, donde prometió apoyos para la región de la Montaña, éstos no se han cumplido en su totalidad, además de que ‘‘la mayoría de los pueblos se encuentran incomunicados y en el peor de los casos no ha llegado ayuda; es casi un hecho que habrá hambruna”, advirtió Vidulfo Rosales, del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan.