Carmen Maura, ícono del cine español, recibió el premio Donostia en San Sebastián
Parece que ser joven es una virtud, pero sólo es una circunstancia
La actriz presentó en el festival Las brujas de Zugarramurdi, de Álex de la Iglesia
François Dupeyron proyectó su trabajo más reciente en competencia, Mon âme par toi guérie
Lunes 23 de septiembre de 2013, p. a12
San Sebastián, 22 de septiembre.
Ícono del cine español, la actriz Carmen Maura vio su carrera recompensada este domingo con un premio honorífico Donostia en el festival de San Sebastián, donde presentó su trabajo más reciente: la delirante Las brujas de Zugarramurdi, de Álex de la Iglesia.
Para mí es muy emocionante porque este fue mi primer festival cuando empezaba y lo he vivido en muchas circunstancias diferentes, con alegrías enormes y con tristezas también
, afirmó la veterana actriz sobre este premio que se suma a su largo palmarés.
Maura, quien en cuatro décadas de carrera actuó en más de cien películas, se dio a conocer con Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón, de Pedro Almodóvar y se ganó la fama internacional con Mujeres al borde de un ataque de nervios, del mismo realizador, quien la convirtió en una de sus actrices fetiche.
Pero ha trabajado con todos los grandes del cine español, entre ellos Carlos Saura con quien protagonizó ¡Ay Carmela!, y con numerosos cineastas extranjeros, incluido Francis Ford Coppola, que la dirigió en Tetro, cinta ambientada en Argentina.
Creo que he tenido mucha suerte
, porque he hecho papeles tan distintos y bonitos
a lo largo de la vida, afirmó la actriz, reivindicando sus 68 años de edad: Hay un momento en que parece que ser joven es una virtud, pero es sólo una circunstancia
.
Premiada en 2007 en el festival de Cannes por su trabajo en Volver, de Almodóvar, Maura cuenta, entre sus innumerables galardones, con cuatro Goyas –los Óscar del cine español–, entre ellos uno por La comunidad, de Álex de la Iglesia, director de cuya mano volvió este año a San Sebastián.
Frenética y delirante, Las brujas de Zugarramurdi, presentada fuera de concurso, cuenta la historia de tres hombres oprimidos por las mujeres que, huyendo a Francia tras cometer un rocambolesco atraco en Madrid, caen en manos de una familia de brujas.
Filmada en la localidad vasca de Zugarramurdi, donde en el siglo XVII la Inquisición llevó a cabo un histórico proceso contra la brujería, la cinta trata de lo tontos que podemos llegar a ser los hombres y lo malas que pueden llegar a ser algunas mujeres
, aseguró de la Iglesia.
Es un guión absolutamente estrambótico
, reconoció el cineasta, que renunció a hacer una película de época sobre aquel episodio poco conocido de la historia de Europa, pero determinante, aseguró, para la iconografía de la brujería tal y como la conocemos.
El reparto completo viajó hasta San Sebastián para la presentación de la película, incluidos los actores Mario Casas y Hugo Silva, quienes causaron sensación en la alfombra roja.
En su segundo día de competición, el certamen presentó, asimismo, la británica Le Week-end, del cineasta sudafricano Roger Michell, quien, tras triunfar con Notting Hill, vuelve a las comedias románticas, pero para abordar esta vez la pervivencia del amor tras 30 años de matrimonio.
El veterano actor británico Jim Broadbent y la escocesa Lindsay Duncan dan vida a Nick y Meg Burrows, una pareja inglesa que viaja un fin de semana a París para celebrar su 30 aniversario de boda.
Cuarentón con el don de curar
También el francés François Dupeyron presentó su trabajo más reciente en competencia, Mon âme par toi guérie, la historia de Frédi, un cuarentón que siente su vida como un gran agujero negro
, pese a poseer un don extraordinario: curar con sólo posar sus manos en el enfermo.
Un accidente de tráfico, que deja a un niño en coma, lo hace cambiar de parecer y, aceptando curar a los demás, emprende sin darse cuenta la sanación de su vida.
Todo partió de una única idea: el don, explicó Dupeyron. Y a partir de ahí se construyó la historia “como una semilla que se deja crecer.
Heredar un don es desestabilizador, es un momento de la vida en el que se cuestionan muchas cosas
, afirmó el cineasta en San Sebastián, donde ya en 1999 se alzó con el máximo galardón gracias a ¿Qué es la vida?.
Esta historia íntima y díficil de llevar a la gran pantalla empujó a Dupeyron a explorar un lenguaje cinematográfico diferente, que juega con la utilización de los ritmos, la música y la luz.
Este lunes será el turno del thriller Caníbal, del español Manuel Martín Cuenca, y de la cinta austriaca Oktober November, de Götz Spielmann.