Funcionarios estatales y federales los discriminan, denuncia
Jueves 19 de septiembre de 2013, p. 2
Los daños por el mal tiempo también han dejado severos estragos en la Montaña de Guerrero, donde los damnificados han sido invisibilizados
por autoridades federales y estatales, y hasta ayer no había acciones oficiales para atenderlos, denunció el Centro de Derechos Humanos Tlachinollan.
Indicó que esa región es la de mayor pobreza de la entidad, y ha habido un número no cuantificado de muertos. Las poblaciones están incomunicadas y no hay alimentos. Es una zona donde la vivienda no es digna, pese a lo cual la respuesta gubernamental no ha sido oportuna.
“Es apremiante la situación que enfrentan comunidades na’savi y me’phaa de los municipios de Malinaltepec, Atlamajalcingo del Monte, Iliatenco, Cochoapa el Grande, Metlatónoc, Tlacoapa, Acatepec y Copanatoyac, donde la gente está incomunicada y abandonada.
Se han reportado muertes de niños y adultos en Mixtecapa, municipio de San Luis Acatlán, a causa del desagajamiento de un cerro. En las comunidades de Moyotepec y El Tejocote, del municipio de Malinaltepec, las autoridades comunitarias han reportado más de 10 muertes, y en Tilapa y El Salto se denunció la muerte de tres personas.
El centro Tlachinollan agregó que en Huehuetepec, municipio de Atlamajalcingo del Monte, el cerro del Ixtle ha empezado a desgajarse y sus pobladores han salido de sus viviendas para buscar refugio; además, unas 70 familias están en grave riesgo de que sus viviendas sean sepultadas.
Desdén oficial
Pese a lo anterior, acusó, la respuesta gubernamental no ha llegado a la Montaña. Un ejemplo es que las autoridades tradicionales que han llegado caminando a Tlapa han enfrentado indiferencia y el trato discriminatorio de los funcionarios.
Es sumamente frustrante que la población indígena que con muchos esfuerzos llegó a Tlapa deba regresar sin asegurar que las autoridades les acompañen a sus comunidades a constatar los daños.
El centro Tlachinollan lamentó que la situación de esos damnificados no reciba suficiente atención ni de la opinión pública ni de las instancias gubernamentales, aun cuando en la población en extrema pobreza de la región recaen las peores consecuencias de estos desastres naturales.
Una vez más, los más marginados son también los más olvidados. Por ello, Tlachinollan urge a que se tomen medidas emergentes para atender la situación de las personas damnificadas en la Montaña, y exige que los fondos extraordinarios que se entreguen a las autoridades guerrerenses incorporen mecanismos de transparencia y rendición de cuentas, a efecto de evitar su uso discrecional con fines políticos, pues tales desvíos son lamentablemente frecuentes en la entidad
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