En Pornocultura: el espectro de la violencia sexualizada en los medios electrónicos, el libro más reciente de Naief Yehya, el escritor y periodista reflexiona en torno a cómo la violencia permea la pornografía y las imágenes eróticas que circulan por internet.

De lo que se trata, apuntó el colaborador del suplemento cultural La Jornada Semanal, es de intentar realizar una historia crítica de la violencia extrema en y alrededor del porno. Hace una revisión de la historia de las imágenes sexuales violentas, así como un análisis de la condición de la pornografía a comienzos de la segunda década del siglo XXI, ya que hoy el panorama del porno ha cambiado vertiginosamente.

En el libro publicado por Tusquets, reflexiona sobre la violencia sexualizada en los medios. Para Yehya, la pornografía ha dejado de causar pánico por su carga sexual, pero “se han vuelto a levantar los espectros del porno como la proyección de los deseos más inquietantes y mórbidos del dominio, maltrato y posesión de un semejante. La violencia y la pornografía, hoy, se trasminan una a otra. Por un lado hay imágenes sexuales de violencia extrema y, por otro, de violencia real que se inclinan hacia cierta sexualización”.

La cuestión es, ¿qué sucedería con una sociedad que remplazara sus estímulos sexuales por actos de crueldad?, señala.

Acto mojigato y pudoroso

Pornocultura... fue presentado anoche en la librería Octavio Paz, del Fondo de Cultura Económica (FCE), debido a que de última hora se canceló su presentación en el Instituto Italiano de Cultura.

Como acto mojigato y pudoroso calificó Yehya, esa cancelación. Quienes me avisaron fueron los de la editorial, explicó.

“La cuestión fue que en principio el instituto aceptó que se realizará ahí la presentación, sin tomar en serio que la primera palabra del libro es ‘porno’. No entendieron de qué se trataba el asunto. Las razones las desconozco, pero creo que se intimidaron y decidieron no darnos chance.

“Lo curioso y divertido es que de Italia, una nación europea, el país de Berlusconi y de La Cicciolina, venga una reacción tan mojigata y pudorosa. Yo me voy por la parte chusca y la risotada, más que por la queja. Al parecer, el discurso sobre el fenómeno de la pornificación de la cultura, si tienen un poco de razón en ciertos juicios. Sí, vemos un pánico moral y lo que ocurrió es reflejo de ello”.

De acuerdo con Mónica Vázquez, jefa de eventos culturales y prensa del Instituto Italiano de Cultura, la decisión fue tomada por la directora del centro cultural, Melita Palestini, quien es consejera cultural de la embajada italiana.

El libro no se pudo presentar “porque éste iba a ser acompañado con la proyección de una serie de videos, elegidos por los presentadores, en los que aparecen cuerpos desnudos, besos lésbicos un poco fuertes y apasionados y escenas por el estilo.

No es que fueran pornográficos en el sentido malo. Eso no, pero como oficina cultural de la embajada de Italia, se tienen ciertas restricciones y hay cosas que no estamos autorizados a proyectar. Ese fue el motivo por el cual, de último momento, se tuvo que cancelar, comentó Vázquez.