El productor argentino El Chávez se presentará este sábado en el Tianguis del Chopo, por la mañana, y por la noche, con el sonido La Changa, en el Multiforo Cultural Alicia. Mañana también estará en el DF, pero ahora en El Doberman, en el Centro Histórico, con Frontline Guerrilla Sonora.

El Chávez debe este sobrenombre al cotorreo propio de los días de escolapio. Ahora promueve su nuevo disco Brooklin Guiros. El Chávez es un proyecto surgido de la mente de Matías Chávez, quien ha trabajado con gente como No Te Va Gustar, Fidel Nadal, Bersuit y Kapanga.

En el fondo, enmedio y en la superficie su música brilla por la cumbia, que ha cultivado desde chavo, desde pibe. Es oriundo de la ciudad de Morón y dedicó su primer álbum a ese lugar. La mayoría de los neo-cumbia aficionados ya estan familiarizados con él, porque un puñado de sus canciones han estado rebotando en la web y varias de ellas por lo menos son piezas obligatorias de muchos DJ set.

El Chávez proviene de una familia mestiza-rock; estuvo influido por el reggae y el dub. Es miembro fundador de Árbol y Nuca; se le considera un productor de vanguardia.

Todo a la licuadora

Su primer disco, Moron City Groove, es un álbum ubicado entre los pioneros de la nueva tendencia de cumbia en Buenos Aires. En sus presentaciones lo acompaña su dancing combo band. En 2012 lanzó al mercado su disco bailable Casanova Style!, que incluye la canción El nervio popular (cortina del programa de televisión El Puntero) y Queen of bongo, versión cóver del tema de Manu Chao.

Ahora realiza su primera gira por México.

En entrevista, agregó que le gustan todas las músicas “y lo que hago es meterlas en una especie de licuadora, pero lo que más se nota es el reggae, la cumbia, el hard core, alguna raíz folclórica argentina, como el chamamé; el hip hop... Esa es mi propuesta y la de mi banda.

“Desde que empecé a hacer música, en mi primera banda, que fue Árbol, mi propuesta ya era la de unir músicas distintas. No se me da eso de ser purista y lo que hago me sale naturalmente. Plasmo todas las músicas que me gustan. La verdad es que escucho música muy variada y antagónica, como puede ser el reggae y trash metal. Me gusta por igual y en mi track-list está todo eso.”

Dándole al rock está desde los 12 años. Con Árbol fueron mis primeras experiencias y era un joven ideaista, con muchas ganas de hacer cosas, en una época en la que era muy difícil hacer un disco independiente. Con Árbol tuvimos la osadía de grabar nuestro primer disco, de producción independente, e hicimos una pequeña explosión que nos llevó a trabajar con Gustavo Santaolalla. Fuimos un poco visionarios y marcamos un hito musical con lo que hacíamos. Los chavos no eran muy distintos a los de ahora y creo que igual, pero ahora, sí son más abiertos y libres. En mi generación éramos más reservados en cuanto a lo musical. Nosotros hicimos un punto de inflexión para producir nuestros discos, seguir nuestras carreras, sin discográficas. Veo que cada país tiene su industria y acá, en México, es muy grande, con más posibilidades. Para una música como la nuestra, difícil de etiquetar, en Argentina es un poco más cerrado, porque los medios son más conservadores; les cuesta más asimilar propuestas nuevas y como que siempre llegan tarde a las novedades. Como ya sé que eso es así mejor hago mi camino por otro lado, afuera de todo el sistema monopólico de distribución. Que en México la industria sea más grande ayuda a que no se dé la estandarización y hay lugar para todos.

El Chávez nació en 1977 y dijo que está pintando sus primeras canas. En Argentina hay muchas bandas que están haciendo sus discos caseros, por lo que hay mucho movimiento artístico, con mucha cosa cultural. Hay bandas que tocan muy mal, pero van para adelante y contra todo.

Vibra México muy pesado en esta su primera visita, pero mi idea es poner a bailar y a brincar a la bola.