El texto acompaña la redición de Vendrá la muerte y tendrá tus ojos, del autor italiano
Sus poemas son lo que son y es muy fácil tener una gran empatía hacia él
, comentó la poeta
Sábado 7 de septiembre de 2013, p. 5
Cesare Pavese se suicidó hace 63 años, cumplidos el pasado 27 de agosto, y su poesía sigue fascinando a todas las generaciones. “En El oficio de vivir dice que cree haber descubierto la universalidad del mundo interior; creo que realmente eso es uno de los grandes logros de Pavese”, dice la poeta y ensayista Elvia de Angelis, autora de La imagen humana, ensayo que acompaña una nueva edición de Vendrá la muerte y tendrá tus ojos, publicada ahora por el sello independiente Papeles Privados.
Aun cuando Pavese habla de los otros, de su sociedad, en sus venas antifascistas, de sus compañeros y que él mismo estuvo encarcelado y tuvo que cambiar de nombre, de todas maneras siempre toca los puntos más íntimos, sensibles, con una grandísima sinceridad y con una grandísima depuración
, subraya De Angelis en una entrevista realizada minutos antes de la presentación del volumen, con los poemas en italiano y traducidos al español por ella misma, realizada el jueves por la noche en la Casa del Poeta Ramón López Velarde, en la colonia Roma.
Afuera llueve, y el sonido se mezcla con el ruido del tráfico de la avenida Álvaro Obregón. En una de las mesitas del bar Las Hormigas se realiza esta charla, que tiene como tema principal al poeta italiano, nacido el 9 de septiembre de 1908, en Santo Stefano Belbo.
Pavese es como un elíxir, muy tenue, muy destilado, muy pulido, junto con esa espontaneidad que uno le observa. Siempre que he oído hablar de Pavese la gente se refiere a él afectivamente; hay algo afectivo que se produce en esa lectura; creo que eso afectivo es lo que hace que uno no se olvide de él
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Por eso lo descubren los jóvenes de las nuevas generaciones y regresan a él sus viejos lectores. Cesare Pavese “es un intelectual muy bien formado, muy formado en la cultura clásica. Si uno quisiera hacer una lectura docta es un escritor muy docto, pero eso que él sabe sobre la literatura, la historia de las sociedades, logra convertirlo en formas que todo mundo comprende y puede acceder a ellas.
Otra cosa que atrae mucho a los jóvenes es esa sinceridad, aun siendo él un intelectual, un estudioso, editorialista, traductor, hace ensayos de fondo; es culto, es un lector ávido, pero su escritura goza de sinceridad, trasparencia y afectividad inmediatas, y los jóvenes lo agradecen. A Pavese no le sobra nada, no hay retórica, no agrega cosas para ser más inteligente o más dramático. Sus poemas son lo que son y es muy fácil tener una gran empatía hacia él
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Elvia de Angelis, hija de italianos, tuvo contacto con la obra de Pavese e hizo algunas traducciones de sus poemas para una revista; después tradujo toda la obra, que publicó también Papeles Privados en dos tomos, y escribió el ensayo La imagen humana, que obtuvo el premio que otorga cada año el Osservatorio Permanente Sugli Studi Pavesiani nel Mondo, del Centro Pavesiano Museo Casa Natale.
–¿Qué nos dice Pavese hoy?
–Pavese habla mucho del divorcio entre el campo y la ciudad, las migraciones; habla del anonimato en la gran ciudad, y curiosamente vivimos igual. Él habla del hombre que no es resarcido socialmente, que es castigado, todo su universo está hecho, su universo poético y novelístico, está hecho de esas personas que no encuentran un lugar oficial, un lugar cómodo en la sociedad.
“En la actualidad, la mayoría de la población no vive en un lugar cómodo, tiene una vida difícil, lucha por la sobrevivencia económica y espiritual, la sobrevivencia de su identidad, de su bagage idiosincrático, y eso no ha cambiado demasiado. Luego el amor, que el amor no pasa de moda, el amor y el desamor.
Es uno de los escritores más sobresalientes del siglo XX, tanto en Italia como en el mundo
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Ya durante la presentación del libro, que estará disponible sobre todo en ferias editoriales, Elvia de Angelis habló de lo que significa la traducción: “Traducir poesía es realizar un viaje al interior de un hombre o de una mujer; aventurarse por las sendas de un ser; adentrarse a las grutas del alma. No se encontrará nada más que la verdad de una vida. Y la elección de cómo y para qué vivirla.
“Conocer la poesía de Cesare Pavese de esa manera ha sido para mí una experiencia formativa y entrañable. Escribí La imagen humana con el afán de expresar en qué consiste esa experiencia, por qué resulta formativa y entrañable; compartir –de ser posible– esa enseñanza sobre el oficio de vivir”, dijo acompañada por el editor y escritor Mario del Valle.
Pavese, añadió en la lectura de su texto, forja su humano semblante al conferir a su existencia y por ende a su escritura, un sentido íntimamente social. Acopiar los acontecimientos a partir de la infancia; guarecerlos en la memoria y reiterarlos; crear un acervo vital hasta que, a través de la introspección, se transmuten en imágenes y pensamientos afectivos. Para, finalmente, rehacerlos, versarlos, convertirlos en poema. Lo que él concibe como la universalidad del mundo interior encarna, adquiere configuración en su poesía. Una poesía plasmada como la historia de la vida interior del hombre, cualquier hombre. Así que el efímero tiempo sea un eterno presente. Los mitos sean leyendas de un pueblo. El amor se revele como búsqueda de la felicidad y consuelo, o trágica pérdida. Los otros prevalezcan como asidero ante la soledad de la muerte
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