Vamos por las reformas política y energética; no serán descafeinadas, afirma
Sábado 31 de agosto de 2013, p. 11
La instrucción central que ayer transmitió el dirigente nacional del PAN, Gustavo Madero, a los senadores de su partido fue que deberán aprobar la próxima semana, en las primeras sesiones del periodo ordinario, que este domingo da inicio, la Ley del Servicio Profesional Docente.
Madero acudió a comer con los integrantes del grupo parlamentario del PAN en el Senado, que ayer finalmente llevó a cabo su reunión plenaria. Fue un encuentro a puerta cerrada entre el dirigente y parte de los senadores panistas, al que no asistió Ernesto Cordero.
El la reunión, Madero insistió también en que deberán condicionar que primero se apruebe la reforma política y luego la energética. Nosotros vamos por las dos y a fondo en ambas; no queremos que ninguna sea diluida, descafeinada o tímida
, subrayó al terminar el cónclave.
Fue una reunión deslucida, a la que al inicio llegaron 35 de los 39 senadores, pero que al final, cuando se retiró Madero, había menos de 20. Cordero tuvo pretexto para aparecer sólo unos momentos en esa plenaria, la primera que se lleva a cabo bajo la coordinación de Jorge Luis Preciado.
De hecho, Cordero asistió sólo por la mañana a la inauguración, pero se retiró antes que el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, ya que debía preparar la sesión en la cual dejó la presidencia del Senado.
Los panistas debieron hacer un receso para asistir a esa sesión, al mediodía. Muchos ya no se reintegraron a los trabajos, entre ellos Cordero, quien debía hacer entrega de documentos y pendientes al nuevo presidente del Senado, el priísta Raúl Cervantes.
Los corderistas ganaron ayer un primer asalto, al impedir que Preciado removiera de la mesa directiva a los senadores José Rosas Aispuro y Rosa Adriana Díaz Lizama. Ni siquiera pudo poner a votación el punto, porque la mayoría defendió el buen desempeño de los legisladores.
Algunos senadores afines a Preciado, como José María Martínez, no asistieron a la plenaria, en protesta por que originalmente se había programado para una semana antes –del 24 al 26– en Guanajuato, pero debió cancelarse, aunque la estancia estaba pagada, porque los corderistas se negaron a ir.
Ello obligó a Preciado a reprogramar la plenaria, para el mismo día de la instalación del Senado, sólo con un funcionario, el de Hacienda.