Jueves 29 de agosto de 2013, p. 20
Matamoros, Tamps., El Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) en esta ciudad fronteriza ha recibido en lo que va del año un millar de niños y adolescentes con secuelas físicas y sicológicas tras ser deportados de Estados Unidos. Los menores, de entre 8 y 16 años, son abandonados a su suerte por agentes migratorios y aduanales en los puentes internacionales que comunican a Matamoros con Brownsville, Texas. “En su mayoría son hijos de padres que ya residen en Estados Unidos y los mandan traer desde sus comunidades, pero los polleros los abandonan o son detenidos en operativos y redadas”, señaló Miguel Hernández Bernal, director del Centro de Atención al Menor Fronterizo. Mientras, autoridades de Nuevo Laredo informaron que en esta ciudad descendió el número de ciudadanos deportados, pues de un promedio de 100 que atendía al día el Departamento Municipal de Atención a Migrantes, dijo que ahora suman 350 al mes.