Fracasan gestiones de sus abogados; fue llevada al Cefereso de El Rincón, en Nayarit
Procedente de El Paso, Texas, fue entregada a agentes ministeriales por personal de EU
Miércoles 21 de agosto de 2013, p. 5
A pesar de los intentos de los abogados de Sandra Ávila Beltrán para que ésta no fuera encarcelada en un penal de máxima seguridad, las autoridades consideraron que se trata de una persona peligrosa, por ello, la llamada Reina del Pacífico fue recluida nuevamente en el Centro Federal de Redaptación Social (Cefereso) Número 4, en El Rincón, Nayarit.
La defensa de Ávila Beltrán había tramitado un amparo para que su clienta enfrentara su proceso penal por operaciones con recursos de procedencia ilícita en una cárcel en la que tuviera más contacto con su familia, sin tantas medidas de seguridad, y que estuviera en Guadalajara, ciudad cercana a su lugar de origen, Sinaloa.
Ayer, a las 11:15 de la mañana, Sandra Ávila Beltrán fue entregada –esposada– a personal de la Procuraduría General de la República (PGR) en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
Funcionarios de la PGR revelaron que Ávila Beltrán, identificada internacionalmente como una de las principales operadoras financieras de cárteles de las drogas que operan en México y Colombia, fue entregada por agentes de Migración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) a elementos de la Policía Federal Ministerial.
La Reina del Pacífico quedó en manos de autoridades mexicanas una vez que abandonó el avión propiedad de la ICE, en el que viajó desde El Paso, Texas. En la puerta del avión la recibieron los agentes mexicanos, quienes le colocaron un chaleco verde fluorescente, de un color más claro que el que portaban los agentes ministeriales.
Imágenes difundidas por el gobierno federal muestran que la sobrina de Miguel Ángel Félix Gallardo –uno de los narcotraficantes mexicanos más importantes en la década de los 80– portaba unas esposas de color rojo. Fue la primera en descender del avión; luego bajaron decenas de migrantes repatriados.
Sandra Ávila, de 52 años de edad, fue custodiada por investigadoras inmediatamente después de que salió de la aeronave. Posteriormente fue subida a una camioneta y se le trasladó al hangar que la PGR posee en el aeropuerto capitalino. Allí permaneció dos horas. Durante ese tiempo, el Ministerio Público Federal modificó su decisión inicial de internarla en una cárcel de mediana seguridad.
Primero se informó que sería llevada al Centro de Readptación Femenil de Guadalajara. Al final, después de las 13 horas, cuando el avión ya había despegado del aeropuerto de la ciudad de México, los altos mandos de la PGR decidieron que debía ser recluida en un penal de máxima seguridad y pidieron autorización para ello al juzgado séptimo de distrito.
Así, la llevaron al Cefereso Número 4, en Nayarit, complejo penitenciario que cuenta con niveles de máxima seguridad. Este centro es el mismo en el que permaneció desde febrero de 2011 hasta agosto de 2012, y en donde se le notificó –en 2010 y 2011– que había sido absuelta de dos de las acusaciones que le formuló la PGR: delincuencia organizada y lavado de dinero.
Ayer, el gobierno federal estimó que es una delincuente de alta peligrosidad y decidió enviarla al Cefereso, informaron colaboradores del procurador general de la República, Jesús Murillo Karam.
Desde hace días, la PGR ya contaba con una orden de reaprehensión. Sandra Ávila Beltrán seguirá bajo proceso penal por una acusación de lavado de dinero relacionada con la adquisición de dos seguros de vida con valor de 4 millones de pesos, que supuestamente se pagaron con recusos provenientes del narcotráfico.
En México, Sandra Ávila ya sólo enfrenta la acusación relacionada con la compra de los seguros. Su caso se ventilará en el juzgado séptimo de distrito en materia penal, con sede en Guadalajara.
Después de las 14:30 horas, la llamada Reina del Pacífico volvió a vestir el uniforme beige de los internos federales.