Redescubrir a un personaje como el intérprete Rigo Tovar, quien ha permanecido olvidado durante años, es uno de los propósitos del libro Rigo es amor: una rocola a dieciséis voces, coordinado por Cristina Rivera Garza y publicado por Tusquets Editores.

El volumen consta de 16 textos que dan cuenta sobre la vida, trayectoria y figura del ídolo de masas, así como de fotografías del cantante.

Las 16 voces que participan en Rigo es amor... con ensayo, poesía, teatro y cuento son Betto Arcos, Élmer Mendoza, Juan Carlos Bautista, Irma Pineda, Benerval, Elda L. Cantú, Carlos del Castillo, Leonardo Da Jandra, Eduardo de Gortari, Yuri Herrera, Susana Iglesias, Alisma de León, Fabrizio Mejía Madrid, Julio Pesina, Pepe Rojo y Daniela Tarazona, además de la presentación que realizó Rivera Garza titulada Mi Matamoros querido.

Sobre Popurrí malogro, su autor Carlos del Castillo explicó: “Se trata de un remixeo o apreciaciones sobre el trabajo de Rigo; decidí abordarlo de manera indirecta, lo cual provocó un redescubrimiento del intérprete, porque no sólo éste es amor, si no también dolor”.

Sin duda, prosiguió el poeta, existe una presencia indirecta de Rigo Tovar en el folclor mexicano actual, porque trajo muchos instrumentos del rock americano a la cumbia y los mezcló; además, hizo otras cosas geniales, porque tocaba música clásica en cumbia y escribió dos temas para música de orquesta.

El intéprete de La sirenita y Mi Matamoros querido, puntualizó Del Castillo, tuvo una visión muy adelantada a su tiempo.

Rigo Tovar y Costa Azul logró reunir a miles de personas, pero su atractivo va más allá del peinado largo, de los lentes y de su famoso salto: logró cosas increíbles y fue ídolo de las multitudes. Es increíbles la cantidad de gente que solía reunir; nos remitimos a los videos de Youtube; existe una memoria muy grande e innumerables recuerdos; incluso las personas que comentan en ese sitio fluctúan en diversos sentimientos, lo cual significa que Rigo Tovar no es un fenómeno estático, si no que muta de manera constante.

Algunos de los autores del volumen, como Élmer Mendoza y Daniela Tarazona recurren a herramientas más finas de la ficción para recrear el mundo rigotovarista de sus tiempos y sus gustos.

Mientras Irma Pineda, Eduardo de Gortari y Carlos del Castillo intervienen las canciones más conocidas con las enunciaciones del lenguaje personal.

Leonardo Da Jandra y Juan Carlos Bautista destacan el relajo y el erotismo intrínseco al planeta Rigo es amor.

De esta forma, la rocola coordinada por Rivera Garza recupera a este ídolo en toda su complejidad, humor y fama, pero este perfil también se nutre de su lado oscuro, no carente de dolor y del momento donde el corazón se quiebra.

Cristina Rivera Garza subrayó en la presentación del libro: Rescribir es actualizar. Rescribimos aquello que nos comunica no sólo con el pasado si no también, acaso sobre todo, con el presente. Así como gracias a Rigo Tovar, Matamoros es mucho más que un lugar, estas rescrituras de Rigo y con Rigo lo vuelven parte de una continuidad cultural que nos sigue diciendo.