La naturaleza y la condición humana ante los límites entre el bien y el mal, la vida y la muerte, lo verdadero y lo falso, se reflejan en la obra Noreste, que se estrenó ayer en el teatro el Granero, del Centro Cultural del Bosque (CCB).

Escrita por el dramaturgo alemán Torsten Buchsteiner, la historia retoma los trágicos hechos ocurridos el miércoles 23 de octubre de 2002, cuando 42 rebeldes chechenos tomaron por asalto el teatro de Dubrovka, en Moscú.

Aquel día, un grupo de independentistas inrrumpió en la función de la comedia musical Noreste, y tomaron a los 850 asistentes como rehenes. Su demanda: la inmediata retirada de todas las tropas rusas de Chechenia.

El secuestro duró 57 horas. Un comando de las fuerzas especiales de elite militar y policial (los Spetsnaz) introdujeron un gas desconocido en la ventilación del teatro, que tendría que haber paralizado o dormido tanto a secuestradores como a los asistentes a esa función de teatro.

Tras la irrupción del ejército y la policía, 39 rebeldes fueron ejecutados o murieron intoxicados, junto con los 129 espectadores convertidos en rehenes.

Las tácticas de los militares con base en las decisiones del Kremlin aún son cuestionadas por distintos sectores de la sociedad rusa y la opinión pública en el mundo.

Buchsteiner escribió esta obra ante tales hechos y con el fin de reflexionar sobre la condición humana y la pérdida de un ser querido, explicó Ignacio Flores de la Lama, director de la puesta en escena en México, de la cual se realizó una lectura dramatizada de dicho texto hace dos años.

Se trata de una dramaturgia que apuesta por el universo íntimo de los personajes, que se adentra en la sique de los mismos, en este caso de tres mujeres que van del recuerdo al presente histórico, que reviven los eventos desde su experiencia personal, ofreciendo una visión distinta de un mismo acontecimiento, detalló De la Lama.

Visión plural

Más que un diálogo entre los personajes, se expone la sicología, los miedos y anhelos de esas tres mujeres. En la obra de Buschsteiner, la tragedia ocurrida dentro y fuera del teatro da pie a una visión plural de los acontecimientos, para adentrarse en las profundidades de la condición humana.

En este montaje aparece un músico-personaje (Alberto Rosas) tocando en vivo un acordeón, cuya voz hace las veces de una especie de coro griego o conciencia, al tiempo que acompaña la proyección de algunas cruentas imágenes que la televisión rusa trasmitió en su momento.

Para el director, Noreste es una reflexión de cómo los conflictos podrían abordarse con otras posibles soluciones, no violentas. Alejado de todo maniqueísmo, el autor explora los límites entre el bien y el mal, lo verdadero y los falso, la vida y la muerte.

Para Claudia Ríos, quien interpreta a Olga, la obra refleja que tan víctimas somos del rencor, el odio, la venganza. Todos terminan siendo víctimas y al mismo tiempo todos son victimarios. De ahí que el autor se incliné por el ser humano, por la vida.

Tamara, interpretada por la actriz Aurora Gil, es una médico, que acude al teatro, como parte de los servicios de emergencia; perdió a su marido en la guerra y tiene una hija, quien se encuentra en el teatro, hecho que Tamara ignora.

Zura (Paula Watson) es una chechena que creció en medio de la guerra por la independencia de su país. Perdió a su marido, a sus hijos, su casa, su fe y su identidad. Se encuentra despojada de todo. En su desesperación se convierte en una rebelde, en busca de venganza.

Olga es una contadora, dedicada a su familia, cuya vida se ve trastocada por los eventos, pues conforme transcurre la historia, experimenta un despertar de conciencia social.

Noreste se presenta a las 19 horas, en el teatro el Granero, del Centro Cultural del Bosque, atrás del Auditorio Nacional.