Ambos accionistas de la expropiada petrolera Yukos seguirán en la cárcel hasta 2014
El máximo tribunal les reduce la condena de 11 años y la deja en... diez años y diez meses
Miércoles 7 de agosto de 2013, p. 26
Moscú, 6 de agosto.
La Suprema Corte de Rusia declinó este martes anular la sentencia del segundo juicio contra Mijail Jodorkovsky y su socio, Platón Lebediev, principales accionistas de la expropiada petrolera Yukos.
En consecuencia, tampoco aceptó dejarlos en libertad, lo cual significa que Jodorkovsky y Lebediev deberán permanecer en la cárcel hasta 2014, si es que la procuraduría no presenta una nueva acusación para someterlos a un tercer juicio.
Y como enésimo testimonio de que la justicia se subordina al Ejecutivo en Rusia –añadiendo esta vez elementos de burla–, la máxima instancia judicial de este país redujo la condena de ambos en… dos meses.
La sentencia original era de 14 años de privación de libertad; luego una corte distrital la bajó a 13 años; en diciembre de 2012 la corte urbana de Moscú la redujo a 11 años, y ahora, la Suprema Corte la dejó en 10 años y 10 meses.
El abogado Vadim Kliugvant adelantó que la defensa de Jodorkovsky y Lebediev presentará un recurso de apelación ante la última instancia que queda en Rusia: el presidente de la Suprema Corte.
Habida cuenta de que todas las grandes fortunas que se hicieron en tiempos de Boris Yeltsin –durante la salvaje transición al capitalismo y el amañado proceso de privatización–, tienen un origen dudoso, Jodorkovsky está en la cárcel, a diferencia de otros magnates arropados por el Kremlin, por su enfrentamiento personal con el presidente Vladimir Putin y la preocupación de éste por la intención del multimillonario de dejar los negocios para dedicarse a la política.
Este fue el detonante de una investigación sin precedente para meter en la cárcel a un personaje que podría, además, aportar puntos electorales a Putin por ser, en aquel entonces, el hombre más rico de Rusia y de origen judío, dos factores que molestan a un sector importante de la sociedad rusa.
En lugar de participar como candidato en las presidenciales de 2008, Jodorkovsky está preso desde el 25 de octubre de 2005, cuando se ordenó su arresto preventivo.
Tras siete años en prisión por evasión fiscal, de acuerdo con esquemas que utilizaban todos los empresarios de este país, se condenó a Jodorkovsky y su socio en un segundo juicio por robo y lavado de dinero.
Jodorkovsky, al hablar ante la Suprema Corte por videoconferencia desde la cárcel, pidió anular esta sentencia jurídicamente improcedente
y la calificó de una vergüenza
, al enumerar todas las contradicciones del texto, basado en lo que él denominó razonamientos absurdos
.
Por poner un ejemplo: la sentencia afirma que “(…) en 1998, tras adquirir el ciento por ciento de las acciones de las subsidiarias de extracción y refinación de petróleo”, Jodorkovsky decidió vender la producción de estas subsidiarias a la petrolera Yukos sin consultar ni tomar en cuenta los intereses del resto de los accionistas (que dejaron de serlo desde que le vendieron sus acciones)
.
Pero antes de ser Jodorkovsky dueño de las subsidiarias, el juez que lo condenó por robo aceptó, como se asienta en la sentencia, que la parte afectada
(las subsidiarias extractoras de Yukos) vendían su producción a la matriz Yukos, por lo cual no sólo cubrieron todos sus gastos, sino obtuvieron beneficios por 3 mil millones de dólares.
La propiedad sobre el petróleo vendido, según establecieron numerosos juicios anteriores, pasó de las subsidiarias a Yukos, que exportó parte de ese petróleo, lo que representó para la matriz gastos (aranceles, seguros, transporte, etc.) y también ganancias adicionales.
Todas las ganancias obtenidas por esta vía se utilizaron para aumentar la producción y pagar dividendos a los accionistas.
A partir de estos hechos, el juez consideró que Jodorkovsky y su socio, solos, se robaron 280 mil toneladas de petróleo y lavaron los 27 mil millones de dólares que les dejó su venta.
La Suprema Corte reiteró hoy que Jodorkovsky y Lebediev son culpables.
El Comité de Instrucción de Rusia lleva un año en busca de evidencias
para un tercer juicio contra ellos. Como a estas alturas ha prescrito cualquier delito de carácter económico, trascendió que se trabaja en dos hipótesis, igual de extravagantes: una es que querían modificar la legislación de Rusia
para su beneficio personal y la otra, aún más inverosímil, que son los autores intelectuales de varios asesinatos.