Presentará este agosto el primer acto de L.A. Carmen, una protesta contra la discriminación en EU
Son profesionales desprotegidos, cuyo trabajo puede tener éxito prolongado y que genera millones de dólares, afirma en entrevista
Ha colaborado con Eugenia León, Camila y Óscar Chávez
Viernes 2 de agosto de 2013, p. 8
A los 14 años de edad, Rosino Serrano (Madrid, España) daba clases de música en Málaga y tocaba en diferentes bandas, lo que recuerda vívidamente. De entonces a la fecha, en un triángulo geográfico esparce su geometría creativa: Nueva York, Los Ángeles y la ciudad de México (aquí reside). Aunque muchos no lo sepan, ha colaborado al éxito de solistas y grupos, de Eugenia León a Camila, así como de diferentes líneas sonoras, de las baladas románticas al jazz. Es lo que los gringos llaman un sideman.
En entrevista, en su casa del sur de la ciudad, Rosino expresó que realmente se considera profesional de su oficio y arte desde hace 30 años. “Hoy (el martes de la semana pasada) celebramos que ya está en el mercado el volumen 2 del disco Ciudadana del mundo, de Eugenia León, que tuve el privilegio de producir. El volumen 1 salió en marzo pasado. Es de duetos. De Eugenia sigo con orgullo en la dirección musical.
“Hoy también, en un día climático, acabamos (con su asistente) el primer acto de un musical que se llamará L.A. Carmen, una versión chicana de la ópera de George Bizet, en la que hemos trabajado desde hace año y medio en un proceso muy meticuloso, comisionado por la Academy of New Musical Theatre, institución localizada en Los Ángeles, y que será producido por la Latino Theatre Company, otra institución de gran prestigio dirigida por José Luis Valenzuela. Su esposa, Evelina Fernández, gran actriz y dramaturga, escribe el libreto. He trabajado muy de cerca con ella y con el letrista Michel Castle”.
Los Ángeles del futuro
“El primer acto se presentará este agosto en el Festival de Musicales. Es original y poco hay de la música de la ópera de Bizet. De alguna manera se sigue la estructura dramática y hay cierto parecido con los personajes, pero esta Carmen ocurre en un Los Ángeles futurista, donde es ilegal todo lo que tenga que ver con lo hispano, desde hablar español; hay toque de queda. Todos pueden ser detenidos; es un Estado policiaco. Se trata de un musical que es una protesta contra la discriminación social y cultural que seguimos padeciendo.
“Carmen es, en este caso, una pollera que pasa indocumentados; don José es un agente de la migra; el héroe es un torero con poca heroicidad; Salvador es un cura católico que vive en la resistencia chicana. Todo el proceso ha sido meticuloso y ha sido de gran enseñanza para mí, por todas las normas y lineamientos que se siguen en los musicales, en el desarrollo, en la creación de los personajes, todos los vínculos, la sicología de los personajes, la creación del mundo en que se desarrollan. Es un privilegio trabajar con gente tan profesional.
“Se procura no acudir a la música de Bizet, aunque hay momentos en los cuales es inevitable, porque Carmen es Carmen, que es quizá la ópera más famosa del mundo, en toda la historia. Con mucho respeto y cuidado he tratado de encontrar algunos gestos musicales. Es probable que L.A. Carmen esté completa en 2014 o 2015”.
Rosino Serrano ha sido parte de la escena musical de México desde principios de los años 80. La música para cine es una de sus áreas de interés y entre cortos y largos ha compuesto la música para 30 películas. Ya sea como pianista, director musical, compositor, arreglista, orquestador o productor, ha trabajado con algunas de las figuras prominentes de la música hispana contemporánea; estuvo a cargo de los arreglos y dirección de cuerda para la grabación del álbum Dejarte de amar, de Camila, ganador de tres premios Grammy latino. En 2012, escribió arreglos y dirigió la orquesta para la conmemoración de los 50 años de trayectoria artística de Tania Libertad en el Palacio de Bellas Artes de la ciudad de México. Este año tuvo a su cargo la presentación de Eugenia León en ese mismo recinto.
Labor con sellos independientes
Como productor, ha estado al frente de más de 30 álbumes, tanto para sellos independientes como multinacionales. Sus composiciones, arreglos y trabajos multimedia han sido presentados en el Lincoln Center for the Performing Arts, Museum of Modern Art, Town Hall, y en clubes legendarios como Birdland, Joe’s Pub y The Knitting Factory, en Nueva York; en el County Museum of Art, en Los Ángeles, y en el Museo Reina Sofía y la Casa de América, en Madrid, así como en las salas de concierto más importantes de México.
Actualmente trabaja con el caifán Óscar Chávez, para el concierto que ofrecerá éste en el Auditorio Nacional, el 31 de agosto próximo. “Óscar me ha dado la confianza de acompañarlo y haré los arreglos para la mitad del show; la otra mitad la harán Los Morales. El concierto se llamará Se vende este país”.
Ha trabajado para muchas personas y sobre el tema del crédito a la autoría, a la creación, dijo: “De alguna manera por ahí me ha ido conduciendo la vida. Sí, trabajo para otros; hasta el momento esa ha sido mi obra, como arreglista, productor, lo que se llama en inglés un sideman. A final de cuentas cada quien hace lo que sabe y lo que le toca, e igual, los artistas hacen cosas que uno no sabe. Tengo el privilegio de haber trabajado con artistas que admiro y mucha gente se ha acercado a mí para solicitar mis servicios como arreglista o productor. Incluso con proyectos más comerciales, como es el caso del disco más reciente de Samo, en el que me encargué de las cuerdas.
“¿Qué pasa con el arreglista? Este profesional está profundamente desprotegido; nos llega una composición en estado precario y si acaso el acompañamiento es con una guitarra. Lo que nos llega está en estado primario y entregamos algo que puede tener éxito prolongado y que genera millones de dólares, pero poco o nada nos salpica de rebote en cuestión de regalías.
“Eso lo he planteado a colegas, al maestro Armando Manzanero, titular de la Sociedad de Autores y Compositores de México; a las autoridades de la Sociedad General de Autores y Editores de España, de la que soy socio. Busco que se dé una iniciativa que derive en una regulación internacional que proteja a los arreglistas de manera formal.
“Arreglar es componer un poco y a veces un mucho. Es común que lo que se oye en la radio o en un concierto no es lo que salió de la pluma e inspiración del compositor. En un porcentaje importante sale del lapicero de los arreglistas. Conseguir protección va a ser un camino largo, pero es algo que se tiene que echar a andar.
Para algo existen las escuelas y se cultiva un oficio y un lenguaje, y se debe reflejar en los bolsillos. Trabajamos al lado o detrás de figuras
.
Rosino se graduó en la Manhattan School of Music en la especialidad de composición en jazz.