Martes 30 de julio de 2013, p. 2
La camioneta en la que se desplazaba el vicealmirante Carlos Miguel Salazar Ramonet cuando fue asesinado con armas de fuego en una carretera en el estado de Michoacán no estaba blindada, señalaron fuentes oficiales, las cuales agregaron que ese vehículo era el que utilizaba regularmente el que era comandante de la octava Zona Naval.
De acuerdo con especialistas consultados, de haber tener tenido blindaje nivel cinco la camioneta el resultado de la agresión podría haber sido otro, ya que las armas utilizadas en contra del vehículo oficial, aunque eran de grueso calibre, no son capaces de perforar ese nivel de protección.
Llama la atención que un mando de este nivel no utilizara un vehículo blindado durante sus recorridos, aun estando en sus días de descanso, toda vez que a partir del sexenio pasado, en el que la Armada de México entró de lleno a combatir al narcotráfico, las medidas de seguridad y vigilancia se incrementaron sustancialmente, tanto para los mandos como para el personal de tropa.
Incluso, la mayoría de los marinos que acuden a las instalaciones de la dependencia en el cuartel general con sede en la ciudad de México, y en el resto del país, ingresan a las instalaciones de la institución vestidos de civil y se ponen el uniforme ya en su lugar de trabajo. Esto, confiaron fuentes navales, como medida de seguridad.
En este contexto, en noviembre de 2010 la Secretaría de Marina adquirió 22 camionetas blindadas tipo Land Rover, precisamente para garantizar la seguridad de sus altos mandos y para operativos especiales.
Estos vehículos tienen blindaje nivel cinco, suficiente para resistir ataques similares al sufrido por la camioneta que transportaba al vicealmirante Salazar Ramonet y a sus acompañantes.
El almirante Salazar, quien era comandante de la octava zona naval con sede en Puerto Vallarta, es el más alto mando de las fuerzas armadas que muere de forma violenta a manos de la delincuencia organizada en los años recientes.