La naturaleza herida, del artista jalisciense, se exhibe en el Museo Mural Diego Rivera
Hay que empaparse en su obra para recibir la dosis de misterio que de ella emana
, dijo Hugo Gutiérrez Vega
Corta el aliento, detiene la respiración
, expresó la curadora de la muestra
Lunes 29 de julio de 2013, p. 8
El gran surrealista de América Latina, el hechicero, el artista maldito, pintor de la estética del dolor
, Manuel González Serrano (1917-1960) se presenta en formas de flores, frutos y paisajes de árboles esqueléticos: La naturaleza herida es el título de la exposición en el Museo Mural Diego Rivera.
Es un artista que corta el aliento, detiene la respiración, por la originalidad y la emotividad desplegada en cada composición, en las que conviven la confesión personal con la representación de la condición humana, la noción de deseo con el pudor místico, la materia con el espíritu, la entrega amorosa en cuerpo y alma a la pintura con la historia del arte mexicano
, expresó María Helena González de Noval, curadora de la muestra, durante la ceremonia de inauguración el pasado jueves.
Caracoles rosados que reposan como botones sobre un jarrón, naturalezas muertas con aterciopelados melocotones que abren una ventana, ruinas griegas perdidas entre las hierbas enmarañadas, sandías metafísicas, palomas moribundas, la rosa-caracol-vagina y naturalezas dolientes, son parte de las imágenes que brotan de las obras, entre óleo, acuarela y fotografías, que se muestran en las dos plantas del museo ubicado en Balderas y Colón, recinto que también hospeda de manera permanente el mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central, de Diego Rivera.
Vida de infortunio
Nacido en Lagos de Moreno, Jalisco, en 1917, Manuel González Serrano perteneció a la llamada Otra cara de la Escuela Mexicana de Pintura o Contracorriente. Tuvo su etapa más prolífica en la década de los 40 y la primera mitad de los 50 del siglo pasado. Su vida estuvo acechada por el infortunio, que plasmó en su particular estética del dolor
, influenciada por el surrealismo de artistas como Max Ernst, Paul Klee y Remedios Varo.
Falleció en plena calle mientras caminaba en el Barrio de la Merced, en 1960. Durante la última década de su vida estuvo internado en tres ocasiones en hospitales siquiátricos.
Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), quien encabezó el acto de apertura y realizó un recorrido por la muestra que se clausura el 27 de octubre, comentó que aunque González Serrano nació 41 años después que Diego Rivera, se insertó en la calidad del México que surgió de la Revolución Mexicana.
“González Serrano es parte de la Escuela Mexicana, pero es alguien que encontró un estilo propio. Sobre todo una explicación propia del arte, un estudioso de la pintura europea y de los movimientos atemporales, lo convierten, citando a Luis Cardoza y Aragón, en un surrealista atemporal. Podemos ver en la obra de Serrano desde algunos rasgos de los surrealistas, de la época del primer renacimiento de El Bosco, hasta llegar en el siglo XIX a los dos hermanos con distinto nombre, Giorgio de Chirico y Alberto Savinio”, afirmó ante el público que en unos minutos se adentraría en la naturaleza, mientras una muchedumbre estática permanecía detrás de él, nacida de la mano de Rivera.
Por su parte, en palabras de González de Noval, es un autor del que no se ha dejado de hablar desde su primera muestra en 1943. Más de 200 artículos publicados y 25 exposiciones póstumas dan cuenta de un reiterado rescate y necesidad de que se le reconozca como poseedor de un pincel muy fino y un estilo único, nutrido por una gran imaginación creadora en la historia del arte mexicano
.
El poeta Hugo Gutiérrez Vega, coterráneo del pintor y presente en la ceremonia inaugural, apuntó que dentro de las grandes figuras artísticas de Lagos, al lado de Mariano Azuela, Rosas Moreno, Francisco González León y Antonio Gómez Anda, con un brillo oscuro, el más difícil, es como se alza González Serrano, una existencia atormentada, difícil, dura y una obra personalísima
.
Afinidades, más que influencias, mencionó con relación al pintor italiano Giorgio de Chirico: Ves una naturaleza muerta de Manuel, y sí, ves algo de Chirico, pero lo duraznos son criollos. Por otra parte, es una obra muy misteriosa, muy cargada de símbolos personales, flores extrañas, muy cerca del pensamiento mágico y de la naturaleza excéntrica. Creo que estamos recuperando su obra, que estuvo en el silencio muchos años, y ahora qué bueno que regrese a la peligrosa popularidad, porque no es una obra fácil, hay que estudiarla a fondo y empaparse de ella para realmente recibir la dosis de misterio que de ella emana
.