Un mosaico sobre el deseo femenino es como la escritora Beatriz Meyer (DF, 1964) considera su libro Sucedió un cuerpo. Así lo hizo saber la noche del miércoles, durante la presentación de esa serie de relatos publicada por la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

A lo largo de ver mujeres en los talleres literarios me he dado cuenta que la expresión femenina del deseo pasa por muchos tamices, por una gran cantidad de frenos y habitáculos donde va transformándose en algo que al final no acaba de ser lo que ellas querían que fuera, expresó la narradora, poeta y ensayista en el Foro Cultural Chapultepec.

Y, sin embargo, en las confesiones que hacen se ve que hay una gran necesidad de compartir cosas muy orgánicas, profundamente íntimas, agregó sobre su experiencia como tallerista y ex directora de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem) en Puebla.

A la orilla de la censura

El cuarto libro de cuentos, de Beatriz Meyer, resultado de una beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), vivió la orilla de la censura, pues le fue sugerido omitir uno de los relatos, debido a la sensibilidad a causa del episodio protagonizado por el ex gobernador Mario Marín y el empresario Succar Kuri, caso que se procura no ventilar en la entidad poblana.

Los pies de mi Dorotea, relato de un profesor y su fijación con una menor de edad, parece que es una exaltación de la pederastia, pero en realidad es un juego donde la víctima no externa su inconformidad, que en momentos se puede asomar entre líneas. Al final, se sabe si estaba o no de acuerdo, contó la anécdota, pues se publicó, porque había que ser incluyente.

Beatriz Meyer durante la presentación de su libroFoto José Antonio López

Los personajes que desfilan a lo largo de 18 cuentos, acotó la autora, a veces sin empacho, otras sin darte cuenta, muestran que la naturaleza femenina está vinculada con Eros y la presencia invariable de la vida en su forma más cruenta: la sangre, el deseo y la muerte. Sin querer, siempre planteo los puntos de Eros y Tánatos, porque creo que el uno sin el otro no se podrían dar.

Acompañada por los narradores Armando Diego y José Antonio Lugo, al abordar la reflexión sobre la literatura, transitaron por los temas de la seducción, el cuerpo, la transgresión, la violencia, lo obsceno y la pornografía.

El cuento produce un orgasmo en el caso literario. Si un cuento es erótico, es doblemente placentero, acotó Diego. Lugo, al continuar la conversación, agregó que la literatura es un acto permanente de seducción. En el caso de los relatos de seducción es un doble acto, porque es la seducción de la lectura, y además Eros está detrás. Entonces se vuelve un doble mecanismo, lo cual también lo hace perturbador.

Al respecto, sobre el cuento, Beatriz Meyer señaló que el cultivador del género siempre vive a la espera de un público lector que vive a la sombra y por fin queda atrapado en la urdimbre tan fina y difícil de lograr. Al final, parece que el cuento es una forma de experimentación, es como una enfermedad que no se quita.