Otros platos del bueno comer
n la anterior entrega explicamos la diferencia entre bien comer
y buen comer
, el segundo evocador en castellano de comer bien y sabroso, alimentar el cuerpo y el espíritu, atender la nutrición y la cultura. Término compuesto que fue usado antes sin analizarlo y que proponemos como concepto a todos quienes escriben sobre el tema de la alimentación, en busca de la unión de objetivos, del concierto de acciones por el derecho a la vida. Porque el derecho a la alimentación es, en primer lugar, el derecho a la vida en su forma positiva. (En la negativa sería el derecho a no ser asesinado.)
El diccionario María Moliner dice: “Alimentación conjunto de cosas que toma alguien para alimentarse (…) género de substancias que sirven para alimentarse” El Larousse en francés (traducción nuestra) Alimentación: acción o manera de alimentarse
. Ambas suponen un sujeto que se alimenta ¿animal o humano? No se aclara. Nuestra propuesta para la Academia de la Lengua es: Alimentación humana es la suma de elementos sólidos y líquidos necesarios y suficientes para restablecer cotidianamente el equilibrio nutricional y energético de la persona y para satisfacer su tradición cultural alimentaria.
Esta definición, que la vuelve concepto compuesto, comprende implícitamente alimentos y agua saludables e inocuos, en suficiente cantidad y de buena calidad reconocida por la tradición cultural y, o criterios científicos. La propusimos y peleamos por que sea incluida en la Ley General del derecho a la alimentación del Artículo 4º constitucional, porque de una definición correcta depende el ejercicio del derecho de la persona.
Tampoco dejaremos de insistir en que la alimentación humana pasa por la cocina y que toda cocina es fundadora y constitutiva de la cultura de cada pueblo. Que ignorarlo es devolver al ser humano a sus orígenes primates, negar milenios de evolución en nombre de la cima de desarrollo que supone la factura industrial de productos comestibles que enriquecen a unos mientras empobrecen, en todos sentidos, financiera, nutricional y culturalmente a los demás.
El anuncio reciente del proyecto piloto SALUDARTE (salud y arte) mediante el que cien escuelas de zonas de alta marginación del Distrito Federal ampliarán sus horarios, implicando el servicio de desayuno y comida, para también ofrecer deporte y artes distintas a los alumnos, es una respuesta a todo esto. Por eso debe exigir que se pongan a prueba otros menús de los que suelen servir el DIF y las cooperativas escolares.
La propuesta de los Platos del Buen Comer Escolar se muestra en las imágenes 1 y 2.
Y será indispensable recomendar a las madres de familia que sirvan en la cena familiar un líquido caliente y un sólido ligero, como una sopa de muchas verduras y quelites (sin saborizante artificial) o un vaso de té de yerbas, acompañados de un tamal o una torta mexicana. Nada de leche ni pan y menos pan dulce.
Porque nunca podrán las campañas educativas nutricionales, con su lenguaje especializado y menús extranjeros, por masivas que sean, lograr un cambio alimenticio saludable como sí podrá obtenerlo el regreso a los sabores inscritos en la memoria histórica cultural del pueblo mexicano.