Crean una cooperativa para impulsar proyectos productivos y ecoturísticos en la zona
La tarea es complicada porque la mayoría de los campesinos son de la tercera edad, indican
Pese a ubicarse junto a la laguna, apuestan por el temporal, debido a la falta de apoyos
Domingo 14 de julio de 2013, p. 31
Debido al abandono en el que han vivido durante más de tres décadas, campesinos del ejido de Tláhuac buscan revivir la actividad agrícola y frenar el avance de la mancha urbana en esta región, con la siembra, en pequeñas parcelas, de maíz criollo, brócoli, nopal y amaranto.
Junto a la laguna Tláhuac-Xico, que paulatinamente ha invadido más de la mitad de las tierras cultivables, los ejidatarios señalaron que la ayuda económica que otorgan las autoridades capitalinas se reduce a 2 mil pesos al año, y estos recursos son repartidos entre los allegados del comisariado, por lo que de las mil 100 hectáreas del ejido, sólo en 10 por ciento se conservan los cultivos.
Estanislao Vázquez, nativo del lugar, expresó que la falta de apoyos y las pocas ganancias obtenidas de las siembras detonó el desinterés por el campo entre los pobladores, que ahora son asalariados, albañiles, comerciantes o taxistas.
Ya son otros tiempos, los más jóvenes buscan otro tipo de trabajo y las autoridades comenzaron a utilizar los pretextos de que las tierras están inundadas o de que ya no se dan los cultivos por el salitre
, refirió, al señalar que, incluso, ha habido intentos de organizaciones de vivienda de invadir sus terrenos.
Asesorados por el biólogo Jesús Villanueva, un grupo de ejidatarios integró la cooperativa Nantli-Tlali, que tiene como propósito el impulso de proyectos productivos tanto agrícolas como ecoturísticos.
A lo largo de una franja de tierra, donde predominan los arbustos y entre las veredas comienzan a levantarse los cultivos, los ejidatarios señalaron que la tarea no ha sido fácil, ya que la mayoría son personas de la tercera edad y en el ejido ya no hay peones.
En medio de su parcela, en la que cultiva una milpa, Agustín Martínez Galicia, de 78 años de edad, dijo estar convencido de que aún es posible vivir del campo, a pesar de las dificultades. Aquí todavía tenemos que apostar al temporal, a que llueva, porque pusieron unas tuberías para el riego, pero nada más están de lujo
, expresó.
Juan Carlos Ramos, quien funge como presidente de la cooperativa, aseguró que siendo un ejidatario normal, nadie te hace caso, con esta agrupación queremos hacer un contrapeso y llamar la atención de las autoridades capitalinas y federales para que vean que aún es posible recuperar el campo de la ciudad
, apuntó
Además de reactivar el cultivo en las parcelas, también prevén aprovechar la laguna para un proyecto ecoturístico, que relacione la agricultura y la ganadería, que aún se conservan.