Representa medio punto menos que el pronóstico de abril, aclara
Miércoles 10 de julio de 2013, p. 23
El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo a 2.9 por ciento el pronóstico de crecimiento de la economía mexicana para este año, medio punto porcentual menos que la previsión hecha por el organismo en abril pasado, una decisión motivada principalmente por una desaceleración en Estados Unidos.
El gasto del gobierno en el primer trimestre de este año fue menor al esperado, aunque la reducción en el pronóstico de crecimiento de la economía mexicana fue determinada principalmente por un ajuste a la baja en la expectativa de Estados Unidos, dijo Olivier Blanchard, economista en jefe del FMI, en una teleconferencia desde Washington.
La revisión a la baja en el crecimiento de México es de 0.5 puntos y de menos de un cuarto de punto para el año que viene. La mayor parte de la revisión es por la reducción en el crecimiento de Estados Unidos
, de cuya economía depende la actividad en México, abundó Blanchard.
En el primer trimestre del año, agregó, el consumo del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, que inició en diciembre pasado, fue menor al esperado, pero el principal motivo del ajuste en el pronóstico de México es externo, es Estados Unidos
.
La economía de Estados Unidos crecerá 1.7 por ciento este año y 2.7 por ciento en 2014, calculó este martes el FMI. Ambos pronósticos reflejan una reducción de 0.2 puntos en cada caso, respecto de las publicadas por el organismo en abril pasado.
Riesgos a la baja
Los riesgos a la baja para el crecimiento de la economía mundial predominan
, aseguró el FMI, al dar a conocer hoy una actualización de su Panorama de la economía mundial.
La revisión que recorta el pronóstico de crecimiento de la economía mexicana fue ligeramente superior al ajuste que el organismo hizo para el conjunto de América Latina y el Caribe. Para la región anticipó un repunte de 3 por ciento, 0.4 puntos menos que el calculado en abril.
En los casos de Brasil y México, primera y segunda economías latinoamericanas, el FMI anticipó que el crecimiento este año será de 2.5 y 2.9 por ciento, respectivamente. En ambos casos hubo una revisión a la baja de medio punto porcentual, respecto de la previsión de abril pasado.
Para 2014 las economías brasileña y mexicana repuntarán 3.2 por ciento en cada caso, tasas menores en 0.8 y 0.2 puntos, respectivamente, en comparación con el cálculo de abril pasado.
El FMI publica dos veces al año, en abril y en septiembre u octubre, el Panorama de la economía mundial (WEO, por sus siglas en inglés). Dos meses después de publicados los documentos, el organismo hace una actualización de sus pronósticos.
Un lustro después del estallido de la crisis, en el otoño de 2008, el FMI prevé que crecimiento de la economía mundial se mantendrá moderado, ligeramente por arriba de 3 por ciento este año, el mismo que en 2012, según el WEO. Este porcentaje es menor en dos décimas de punto al calculado en abril pasado.
Estados Unidos, la principal economía del mundo y país del que depende el desempeño de la economía mexicana –hacia allá se destinan 8 de cada 10 dólares de exportaciones de México– va a crecer 1.7 por ciento este año y 2.7 el próximo. En ambos casos se trata de un decremento de 0.2 puntos, en comparación con el pronóstico de abril.
La disminución en el pronóstico de crecimiento de la economía mundial este año (3.1 por ciento frente a 3.3 por ciento previsto en abril) es explicada en gran medida por la apreciable disminución de la demanda interna y el crecimiento más lento en varias economías de mercados emergentes clave, así como una más prolongada recesión en la zona del euro
.
Nuevos problemas
Mientras los viejos riesgos para el crecimiento de la economía mundial se mantienen, han surgido otros nuevos, expuso el FMI. Entre estos últimos incluyó la posibilidad de una prolongada desaceleración en las llamadas economías emergentes
, menor oferta de crédito y condiciones financieras más estrictas si el anticipado cambio en las condiciones monetarias de Estados Unidos (una eventual alza en su tasa de interés de referencia) provoca una reversión en los flujos de capital que hasta ahora se han dirigido a los mercados de países en desarrollo.