Martes 9 de julio de 2013, p. 31
Mérida, Yuc., 8 de julio.
Condiciones insalubres en las celdas, falta de personal calificado, carencia de infraestructura, así como de control y registro de los detenidos fue lo que detectó la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Yucatán (Codhey) en una supervisión a las 106 cárceles municipales de la entidad.
En un diagnóstico realizado del primero de junio de 2012 al 30 de junio de 2013 se supo de cuatro reos que se suicidaron en las prisiones ubicadas en Umán, Tetiz, Valladolid y Chicxulub Pueblo.
El Centro de Supervisión Permanente a Organismos Públicos de la Codhey efectuó 106 supervisiones de cárceles públicas en igual número de municipios.
Se revisaron las condiciones en que se efectúan las detenciones, las condiciones de ingreso y permanencia de las personas aprehendidas en las áreas de aseguramiento, así como de su egreso.
Las supervisiones coincidieron con el inicio de las administraciones municipales en Yucatán (primero de septiembre de 2012); por ello, en casi todas las comandancias hubo cambio de personal, gran parte del cual, subrayó, no tiene conocimientos básicos sobre proceso penal.
El estudio reveló que sólo 30 por ciento de las 106 direcciones de policía municipal cuentan con registro de ingreso de detenidos, lo cual se debe principalmente a ignorancia del personal encargado de las comandancias, aunado a que por el bajo índice de arrestos
consideraron innecesario realizar este procedimiento y seguir los usos y costumbres locales.
Según la Codhey, la gran mayoría del personal de las comandancias desconoce sus funciones. Considera preocupante que sólo 40 por ciento los elementos de las direcciones de policía hayan recibido capacitación.
En alrededor de 72 por ciento de las cárceles municipales se encontró que el personal desconoce la existencia los bandos de policía y buen gobierno de sus comunidades, entre otras normas.
Sólo 14 de las direcciones de policía revisadas declararon que realizan algún tipo de revisión médica a los detenidos antes de ingresarlos a las celdas; en el resto se argumentó falta de apoyo médico y recursos económicos.
La gran mayoría de las prisiones carecen de infraestructura y condiciones de higiene adecuadas para la estancia de personas que cumplen sanciones por faltas administrativas.
De hecho, en casi todos los lugares visitados las personas detenidas están en contacto con heces fecales, orina y comida en descomposición durante su estancia en las celdas, lo que pone en riesgo su salud.
Además, no hay lugares de descanso para los arrestados, las celdas son muy reducidas y no tienen iluminación suficiente (natural o artificial) ni sanitarios.