Lunes 1º de julio de 2013, p. 8
El intento por concretar una reforma migratoria que saque de las sombras a más de 11 millones de indocumentados que se encuentran en Estados Unidos, no es nuevo. A lo largo de los pasados 12 años, legisladores, organizaciones sociales y los gobiernos de George W. Bush y Barack Obama han tratado en varias ocasiones de concretar una iniciativa de ese tipo, sin que hasta la fecha hayan logrado cristalizar su objetivo.
Entre las ocasiones que se buscó legalizar a los migrantes resalta la promovida por los ex presidentes Vicente Fox y George W. Bush, quienes el 16 de febrero de 2001 sorprendieron con el anuncio de que buscarían un acuerdo integral. El propósito de Fox era concretar el convenio antes de diciembre de 2001 y legalizar a más de tres millones de indocumentados. ‘‘Debemos y podemos llegar a un acuerdo migratorio antes de fin de año, que nos permita antes de que terminen nuestros mandatos lograr que no haya para entonces mexicanos indocumentados en Estados Unidos, y que aquellos que ingresen a este gran país lo hagan con papeles’’, planteó el guanajuatense durante una visita a Washington el 5 de septiembre de ese año.
Sin embargo, seis días después se derrumbó la esperanza por alcanzar un acuerdo de esta naturaleza. ‘‘La enchilada completa’’ –como la calificó el entonces secretario de Relaciones Exteriores, Jorge G. Castañeda– quedo congelada, una vez que el gobierno de Bush cambió sus prioridades y se enfocó en la lucha contra el terrorismo, tras los atentados del 11 de septiembre.
Adiós a la ‘‘enchilada completa’’
En las semanas subsecuentes, la relación entre México y Estados Unidos se tensó debido a la oposición de Fox a la invasión estadunidense en Irak, y en enero de 2003, Castañeda renunció a la Secretaría de Relaciones Exteriores. Las negociaciones se interrumpieron y durante meses no hubo ni siquiera insinuaciones de retomar el diálogo.
Hasta octubre de 2003, Fox y Bush se reencontraron y decidieron retomar la agenda bilateral. Pero hubo un cambio en el discurso. Ni Fox ni su nuevo canciller, Luis Ernesto Derbez, volvieron a hablar de la ‘‘enchilada completa’’ o el acuerdo migratorio integral.
Mientras tanto, en el Congreso de Estados Unidos senadores republicanos de Arizona presentaron una iniciativa relacionada con la seguridad fronteriza y la migración, lo que puso fin a la esperanza de lograr un convenio negociado entre los dos países y abrió la puerta a una solución unilateral del problema de los indocumentados. De cara a las elecciones presidenciales de 2004, Bush lanzó una propuesta de reforma migratoria que planteaba el establecimiento de un programa de trabajadores temporales, medidas para mejorar la seguridad en la frontera y rechazaba la amnistía.
Casi al término de su mandato (2007) retomó el tema, pero de nuevo no se avanzó. Barack Obama, desde su primer mandato, se comprometió a impulsar una reforma migratoria, pero fracasó y no fue sino hasta hace unos meses que se retomó el tema en el Senado y la Cámara de Representantes estadunidenses.