El proceso de sucesión en la rectoría general de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) se enfila a la recta final.

El lunes próximo concluirá el proceso de auscultación entre la comunidad universitaria sobre los aspirantes registrados que buscan suceder a Enrique Fernández Fassnacht, quien renunció el 7 de junio pasado para asumir la secretaría general de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior.

Fuentes de esa casa de estudios sostienen que, de los nueve aspirantes, la contienda se daría entre el ex rector de la unidad Cuajimalpa, Arturo Rojo Domínguez, y el actual rector de Iztapalapa, Javier Velázquez Moctezuma.

Del primero se dice que cuenta con el respaldo del ex rector general Julio Rubio Oca, quien ha tratado de crear un poder paralelo en el interior de la UAM; cuenta con un grupo organizado para influir y favorecer a Rojo, y así seguir controlando la universidad.

El grupo Iztapalapa, explican, ha ocupado históricamente la rectoría general y posiciones de poder en su interior. Tan sólo los últimos seis rectores (Gustavo Chapela, Julio Rubio, José Luis Gásquez, Luis Mier y Terán, José Lema Labadie y Enrique Fernández) proceden de esa unidad. De los 11 rectores en casi 40 años de existencia, ocho salieron de la unidad Iztapalapa.

Han tenido la universidad por años y no la van a soltar tan fácil porque hay mucho dinero de por medio, comentan.

Tampoco se descarta que, ante la polarización de la disputa, la junta directiva (órgano colegiado de la UAM encargado de designar al rector general) pueda inclinarse por otro aspirante con antecedentes dentro de la gestión universitaria, como Salvador Vega o Paloma Ibáñez (actuales rectores de las unidades Xochimilco y Azcapotzalco, respectivamente).

La renuncia de Fernández Fassnacht a la rectoría general de la UAM adelantó un proceso que debía darse en noviembre próximo, por lo que el procedimiento para elegir al rector número doce ha sido más apresurado.

Luego de que se dio a conocer la lista de aspirantes registrados, la junta directiva realizó a lo largo de esta semana el proceso de auscultación entre la comunidad universitaria y posteriormente entrevistará a los candidatos que hubieren sido mencionados en forma significativa.

Otros se manifiestan en contra de que el máximo cargo unipersonal sea elegido por un puñado de burócratas desligados de la realidad que se vive en las aulas y pasillos de la universidad, según se lee en periódicos murales al interior de las unidades.

Otra crítica constante, de acuerdo con los testimonios recabados por La Jornada, es al hecho de que la interacción con los aspirantes sea mínima, por no decir nula, en lugar de promover encuentros entre ellos y la comunidad para que presenten su plan de trabajo y puedan ser cuestionados al respecto.