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Copa Confederaciones, Brasil 2013

Uruguay confía en la capacidad técnica de Tabárez; Brasil advierte que va en ascenso

Las semifinales, sin favoritos, pero con el fantasma del maracanazo

El portero Julio César, consciente del peligro de Suárez, Cavani y Forlán

Desde 2001 la verdeamarela ha vencido a la celeste en seis ocasiones

Apropiarse del balón, vital: Gargano

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El portero Julio César reconoce que la tensión durante el partido será enormeFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Martes 25 de junio de 2013, p. a12

Belo Horizonte, 24 de junio.

No hay favoritos en los duelos Brasil-Uruguay y España-Italia en las semifinales de la Copa Confederaciones, consideró el portero brasileño Julio César, titular del equipo que el miércoles se medirá con la celeste por un boleto a la final de la Copa Confederaciones.

España juega un futbol lindo, que es respetado en todo el orbe, pero se enfrentará con Italia, que tiene cuatro títulos mundiales, recordó.

No puedo apuntar a España como finalista desde ahora, porque ello significaría faltar el respeto a Italia. Creo que España tiene un muy buen juego de conjunto y presenta un futbol brillante, pero no hay favoritos.

La misma cortesía y distancia le dedicó al partido que sostendrá Brasil ante Uruguay y que trae ecos de aquel episodio ocurrido en el Maracaná en la final del Mundial de 1950. El arquero negó que su selección sea favorita por jugar en casa y porque desde 2001 la verdeamarela ha vencido seis veces a la celeste.

El temor de que el estadio Mineirao –donde se jugará el partido– pueda ser sede de una nueva versión dramática del maracanazo ronda en el imaginario futbolístico de estos días. En las filas de la canarinha nadie admite ese miedo que impediría realizar el sueño del coordinador técnico Carlos Alberto Parreira: ver a Brasil contra España en la final.

El volante Luiz Gustavo, del Bayern Munich, aseguró que la derrota de hace 63 años no causa ningún impacto sicológico al equipo dirigido por Luiz Felipe Scolari: Es otro partido, son otros equipos, es otro momento.

Julio César agregó: Los uruguayos están muy confiados por haber ganado la Copa América de 2011, pero saben que enfrentarán a una selección brasileña que se encontró a sí misma y que está en evolución.

Felipao Scolari tenía menos de dos años ese 16 de julio de 1950, cuando Alcides Ghiggia calló a 200 mil personas que colmaban el recién inaugurado Maracaná al anotar el gol que selló el 2-1 en la victoria por remontada de la celeste sobre el superfavorito Brasil.

El silencio era tan grande que se podía escuchar el zumbido de una mosca, recordó después el verdugo de la canarinha.

También en las filas de Uruguay la esperanza de arruinar la fiesta a Brasil en su propia casa no se basa en la historia, sino en la confianza en que Óscar Tabárez encontrará una forma de ganar el duelo táctico a Felipao.

Para el delantero Diego Forlán, el maracanazo fue importante, pero es parte del pasado, mientras el volante Walter Gargano anticipó la receta para lograr un mineirazo el miércoles: Si controlamos la pelota molestará mucho a los brasileños.

El portero Julio César vivirá el miércoles uno de los desafíos más importantes de su carrera: tendrá que cerrar el arco ante el trío de ataque conformado por Edinson Cavani, Luis Suárez y Forlán.

Los tres son fortísimos. Individualmente, pueden definir un partido. Los conozco bien a todos y tendremos que cuidarnos, advirtió.

La tensión será enorme, porque ellos pueden definir un partido en segundos, pero si nuestra selección está equilibrada tácticamente, podemos frenarlos.