Caifanes confirmó la lealtad de sus fans en el primero de 2 conciertos en el Palacio de los Deportes
No tenemos nuevo disco, pero sí la pasión de nuestro público, dijo Saúl Hernández
Lunes 24 de junio de 2013, p. a13
En un momento de su concierto, el primero de los dos que ofrecerán en el Palacio de los Deportes, antes de comenzar a interpretar Aquí no pasa nada, Saúl Hernández, cantautor de Caifanes, dijo: La canción que sigue fue grabada en el primer disco y habla de una situación política que no ha cambiado en muchos años: seguimos siendo marginados, una sociedad completamente aislada, olvidada. En pocas palabras: el gobierno se hace... de lo que somos y lo que queremos
.
La gran mayoría respondió con aplausos o respetando lo dicho en silencio.
Y vino luego la rola a los cuatro vientos: “Éramos todos de papel liso y blanco/ sin doblar./ Y fuimos hechos para andar de par en par,/ sin reclamar./ Hace tiempo me dijeron/ que aquí no pasa nada/ que todo está guardado/ para que no le pase nada,/ que esta tierra es de ciegos/ y que el tuerto está en el cielo/ para guardarlo todo/ y que aquí no pase nada./ Somos sumisos y obedientes/ con ganas de gritar/ con ganas de matar…”
Júbilo
La emblemática banda de rock Caifanes confirmó la lealtad de sus seguidores al llenar la noche del sábado el Palacio de los Deportes, lo que calificó el vocalista del concierto de la pasión y la memoria
.
A las 21:30 horas se apagaron las luces del domo de cobre y el público estalló en júbilo al ver a sus ídolos, reflejados en una pantalla de gran formato, deambulando por los pasillos del recinto rumbo al escenario.
Enseguida los músicos sorprendieron a sus fieles amantes con Negro cósmico y Para que no digas, las cuales fueron coreadas de principio a fin. Hicieron retumbar el domo de cobre.
La locura del público se desató cuando Saúl Hernández agradeció la presencia de los asistentes, no sin antes reconocer que a pesar de no tener un disco nuevo o un video, el grupo sigue gozando del apoyo de sus fieles seguidores.
Muchas gracias, no tendremos nada nuevo, pero podemos ver que la pasión sí tiene memoria y por eso están aquí con nosotros
, expresó Saúl para luego interpretar Miedo, Viento, Cuéntame tu vida y Aquí no es así.
En tres pantallas se proyectaron imágenes de los músicos, con acercamientos a las manos sobre la guitarra de Alejandro Markovich, las cuales demostraron su aportación al grupo.
Predominó la asistencia del público joven, de las llamadas nuevas generaciones, y muchos niños que fueron llevados por sus papás. En Negro cósmico, algunos papás elevaron a sus vástagos en hombros.
Para los de gayola, Saúl expresó: La raza de allá arriba es tan importante como la de aquí abajo
.
El Palacio de los Deportes era un cúmulo de emociones y Saúl resumió: Estos lugares se han convertido en templos. Gracias por acompañarnos; sabemos que no tenemos disco, videos ni nada en la radio, pero sí tenemos algo, y es la pasión. ¡Bienvenidos! Todavía estamos vivos para seguir tocando.
El Caifán Mayor complació con todas las esperadas, sin dejar de lado la etapa de Jaguares. Éxito tras éxito, trancazo tras trancazo, la chispa se hizo fuego con Debajo de tu piel, Aquí no es así, Viento y Nubes.
Momentos dorados
Cada caifán tuvo su momento dorado y, sintiéndose filarmónico, Diego Herrera tocó el piano con ecléctico filin. Sabo, solemne, interpretó una versión acústica de Fin, acompañado por Saúl.
El toquín tuvo sus momentos folclóricos, con temas como Mariquita. Alfonso André cantó La piel, que hizo gritar o suplicar a una joven: ¡Házme un hijo!
Saúl recordó al teporocho que le inspiró Quisiera ser alcohol y cientos, vaso en mano, sorbieron de su cerbatana bien muerta.
Así, ya cerca de las 12 de la noche, rola retumbó y el desfogue colectivo creó un panorama de gran concierto de rock. Se trataba de Los dioses ocultos, que no se cantó, sino que llegó a los límites del desgañite. Antes del encore, unos chavos comenzaron a pedir otra. Optaron por gritar olé, olé, olé, Caifanes, Caifanes!
. Ante el éxito no obtenido, uno de los jóvenes los corrigió: Nunca salen con eso. Sólo hasta que les gritan ¡culeros, culeros!
Y los músicos regresaron.
El final final estuvo de película gringa con No dejes que, El rey –con un solo de Marcovich–, Afuera, La célula que explota y La negra Tomasa.
Saúl se despidió haciendo una reverencia al público y conmovido hasta las lágrimas. Ya era domingo.