Seres sobrenaturales, brujas, zombies, personajes políticos y monstruos que emergen de los disfraces elaborados en diversos y originales materiales son algunos de los protagonistas de la exposición fotógrafica Los Xitas de Corpus, de la estadunidense Pamela Scheinman, donde la artista exhibe de manera lúdica una festividad que se realiza en Temascalcingo, estado de México.

Scheinman, especialista en indumentaria mexicana y arte textil, presenta en la Galería José María Velasco con 81 fotografías expuestas en 17 cuadros que ofrecen una idea de la ya carnavalesca fiesta de Corpus Christi, que se celebra cada año en el citado poblado, limítrofe con Querétaro y Michoacán.

Así explicó en entrevista Pamela Scheinman, quien acude desde hace varios años a ese lugar para ser testigo y registrar con su lente la manera en que esta mítica tradición se realiza desde hace 25 años y se ha fundido en la época contemporánea y globalizadora.

Además me asombra que cada año que regreso a este lugar encuentro innovaciones en esta preshispánica tradición, añadió.

Entre las imágenes de la fotógrafa estadunidense destaca la asombrosa indumentaria de algunos de los habitantes de Temascalcingo, quienes confeccionan sus disfraces utilizando corcholatas, taparroscas, latas de bebidas, botellas, ropa vieja, costales, conchas y caracoles marinos, además de numerosas fibras naturales de coco, maguey, nopal y de otras plantas locales.

En esta fiesta de carácter religioso y agrícola, se congregan anualmente las comunidades otomíes, mazahuas y mestizas de la región, además de los migrantes que llegan a este lugar para compatir esta fecha con los pobladores, manifestó Scheinman.

Para la celebración, que despliega una interesante creatividad colectiva, los participantes se organizan por comunidades y se visten de viejos, personajes que hace años espantaban a los niños y actualmente ya no provocan ese efecto.

Este es, enfatizó la fotógrafa, una especie del festival de la imaginación debido a la utilización de diversos materiales y a los asombrosos seres que deambulan durante la celebración en el poblado mexiquense, prosiguió Scheinman.

Durante el breve recorrido por la muestra se detalla que el festejo de los Xitas se realiza en la localidad natal de José María Velasco, donde varios de sus integrantes se disfrazan como personajes míticos, portando o adicionando materiales que en ocasiones producen sonidos similares a la lluvia y cargando los hijos o sus precarias pertenencias, para danzar y conjurar por el líquido.

En un texto de Alfredo Matus para la exposición subrayó: “Scheinman parece hacernos notar que los atuendos de los retratados, que ellos mismos elaboran y portan, hablan o comunican sobre sí mismos y sobre esa incesante red de informaciones de diverso origen, que van teniendo impacto en ellos, de forma selectiva, tal como sucediera con un objeto creado por Duchamp, Dalí o una pintura de Chirico.

“Por ende –agregó– nos hablan sobre procesos de asimilación e interpretación de símbolos y significados, provenientes de la realidad que los circunda, pero que permean de forma creativa y espontánea en los objetos que hoy presenciamos en este registro fotográfico.”

Entre las fotografías se observan: el Viejo con bastón y viejo diablo, el Viejo con traje de depresores (madera), Mamá grande cargando un hijo muñeco y la Viejita mazahua con mandil, quechquémitl y canasta.

Además del Punk III con máscara de Kiss, el Viejo capataz con sombrero del PRI, el Hombre latas, el Zombi sangriento, el Apache I y el Viejo con traje de zacate, por mencionar algunos de los irreales y simbólicos disfraces.

Pamela Scheinman destacó la gran pasión y creatividad con que se preparan los pobladores para esta fiesta; no sólo es un escape a su cotidianidad, sino que afianza la solidaridad entre ellos.

La muestra, apoyada por el Programa de Fortalecimiento a la Participación de las Mujeres en las Artes permanecerá hasta el 28 de julio en la Galería José María Velasco (calle Peralvillo 55, colonia Morelos).