Debe reconocerse que las cifras de cobertura en educación superior no son las que anunció la administración pasada, más allá de un error técnico, es parte de una estrategia política que permite al actual gobierno federal reducir los costos negativos por establecer una meta de cobertura reducida, afirmaron especialistas del sector educativo.

Recordaron que durante su campaña en abril de 2012, el entonces candidato a la presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, firmó un compromiso para ampliar la cobertura en educación superior y que ésta llegara a por lo menos 45 por ciento, pues aseguró que sólo es de 28 por ciento. Sin embargo, enfatizaron, en su Plan Nacional de Desarrollo lo redujo 40 por ciento.

Luego que el subsecretario de Educación Superior, Fernando Serrano Migallón, señaló que la tasa de cobertura en este nivel educativo no supera 30 por ciento según algunos de los parámetros, en entrevistas individuales, Manuel Gil Antón, catedrático de El Colegio de México (Colmex), y Hugo Aboites, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), apuntaron que no existe una política de Estado para atender esta demanda.

Gil Antón, especialista en el análisis de matrícula explicó: Desde hace tiempo veníamos advirtiendo que las cifras no eran correctas. No es satisfactorio constatar que hay un porcentaje mayor de jóvenes en edad de cursar la universidad que están fuera del aula.

Señaló que la reducción en el porcentaje de cobertura puede explicarse por los ajustes en las proyecciones de educación que afectarán todos los indicadores, no sólo de educación, sino también en campos como la salud, pues es posible que no se hayan contabilizado hasta un millón de jóvenes en edad de asistir a la educación superior.

Se trata, explicó, del resultado de una inadecuada estimación de la población, pero es un llamado muy claro al gobierno federal para que deje de elegir el indicador que más les convenga para celebrar mayores logros sexenales.

Es necesario reconocer, indicó, que el reto es mayor, ya que no sólo se necesitan crear más espacios educativos, sino mejorar la formación media superior y básica para garantizar que más jóvenes puedan cursar una carrera.

Por su parte, Hugo Aboites, profesor-investigador de la UAM, y especialista en educación superior, afirmó que las diferencias en el porcentaje de la cobertura nacional en educación superior, tiene un problema técnico, pero también político. Lo que se debe hacer es mucho más, pero lo que se propone es mucho menor.

Es posible, agregó, que se trate de ganar dos o tres puntos porcentuales en los indicadores heredados de la administración pasada, para luego decir que en un sexenio no crecieron sólo cinco punto porcentuales, sino 10. Es un juego entre lo político y lo técnico