Protesta contra alza al transporte crece hasta convocar a un millón de inconformes
Viernes 21 de junio de 2013, p. 5
Río de Janeiro, 20 de junio.
Brasil ha sido sacudido desde hace 10 días por el más grande movimiento social en 29 años, con manifestaciones diarias de jóvenes por todo su territorio.
Los manifestantes comenzaron las movilizaciones con la exigencia de revocar el aumento al precio del boleto del transporte público, obligando a dar marcha atrás a alcaldías y gobiernos estatales.
Rápidamente han sumado otros reclamos y denuncias, como la precariedad de los servicios públicos y las sumas colosales, de unos 15 mil millones de dólares, invertidas en la organización de la Copa Confederaciones y el Mundial 2014.
Cronología
11 de junio. Unas 5 mil personas, según la policía, se manifiestan en la avenida Paulista, principal arteria de la capital económica, Sao Paulo, para protestar contra el alza de 7 por ciento al precio del pasaje de autobús. El saldo de la jornada fueron daños importantes, camiones incendiados, vitrinas destrozadas y enfrentamientos con las fuerzas del orden.
Las manifestaciones habían comenzado tímidamente el 6 de junio en Porto Alegre, antes de extenderse rápidamente por Sao Paulo, Río de Janeiro (sureste), Goiania (centro) y Natal (noreste) el mismo día.
13 de junio. En Sao Paulo, una manifestación es duramente reprimida por la policía, con saldo de un centenar de heridos y más de 230 arrestados. La intervención de las fuerzas del orden es criticada por el alcalde de la ciudad, Fernando Haddad, que deplora la violencia policial
.
La movilización se contagia también a Río, Porto Alegre (sur), Maceio (noreste) y Natal.
14 de junio. Cientos de manifestantes que reclaman viviendas y protestan contra los costos de los preparativos para las competencias de futbol, bloquean el acceso al estadio de Brasilia (centro), donde se jugaría al día siguiente el partido de apertura de la Copa Confederaciones, un ensayo general del Mundial 2014.
La presidenta Dilma Rousseff defiende la organización del Mundial y los gastos, en un discurso desde la Rocinha, la favela más grande de Río.
16 de junio. Enfrentamientos entre la policía y miles de manifestantes en las cercanías del totalmente renovado estadio Maracaná en Río, luego de protestas la víspera cerca del estadio de Brasilia.
17 de junio. Manifestaciones sin precedente en 21 años movilizan a 250 mil personas en todo el país, sobre todo en Río, Sao Paulo, Brasilia, Belo Horizonte, Fortaleza y Salvador.
En Río, una manifestación pacífica de unas 100 mil personas da paso a escenas de caos con tiroteos, saqueos y vandalismo, mientras interviene la policía antimotines.
Rousseff afirma que las manifestaciones pacíficas son legítimas y propias de la democracia
. Su ministro de Deportes, Aldo Rebelo, advierte que el gobierno no tolerará que la protesta perturbe
los juegos.
18 de junio. La presidenta Rousseff señala que se mantiene escuchando las voces por el cambio
, al término de una nueva jornada de grandes manifestaciones y de un encuentro con su mentor político, el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010).
Porto Alegre, Recife y otras grandes ciudades anuncian la reducción de los precios de las tarifas del transporte público.
19 de junio. El gobierno decide enviar a integrantes de la policía de élite para garantizar la seguridad en cinco de las seis sedes de la Copa Confederaciones.
Ante la presión popular, los alcaldes de Sao Paulo y Río aceptan recortar las tarifas del transporte público.
En Fortaleza (noreste) estalla una serie de enfrentamientos en los alrededores del estadio, al margen del juego Brasil-México, donde se reunieron unas 25 mil personas. Los manifestantes arrojan piedras a los agentes, que replican con bombas lacrimógenas y balas de goma.
20 de junio. Pese a su victoria en cuanto a sus reivindicaciones del transporte, los manifestantes reiteraron en las redes sociales su llamado a la movilización y lograron reunir más de un millón de personas en un centenar de ciudades. Las protestas dejaron un muerto y más de 90 heridos; la presidenta Dilma Rosseff convocó a una reunión de emergencia de sus ministros para este jueves.