Hay proyectos cinematográficos, que, por su esencia personal, llevan un prolongado proceso de gestación, como Memoria recuperada, dirigido por Luigi Lupone, una historia de guerra oculta por 70 años, y que se estrena hoy Cineteca Nacional.

A propósito del documental, exhibido en enero pasado en el ciclo Sumario de la Cineteca, el crítico y articulista de La Jornada, Carlos Bonfil, apunta: “Al cabo de una meticulosa investigación de 20 años, que incluye la reunión de testimonios orales entre 1993 y 1995, el documentalista mexicano de origen italiano, Luis Lupone (Luigi Lupone Fasano), explora en Memoria recuperada la doble vertiente de su biografía familiar (semblanza de su padre y su arribo a México en un navío italiano incautado en 1940 por las autoridades) y la creación de una fuerza expedicionaria aérea –el Escuadrón 201– para responder al bombardeo por submarinos nazis de varios de aquellas 11 naves alemanas e italianas que, con matrícula mexicana, debían abastecer de petróleo a Estados Unidos.

El documental expone parte de lo que suelen subestimar la historiografía oficial y los textos escolares: el carácter ilegal de una incautación de esta naturaleza por una nación declaradamente neutral en los primeros años de la Segunda Guerra Mundial, y el confinamiento injustificado, dada dicha neutralidad, de centenares de ciudadanos alemanes e italianos en el llamado Castillo del Perote, en Veracruz, los que, al ser liberados, al concluir el conflicto, obtendrían residencia permanente en el país adoptivo.

Dice: Los momentos más afortunados del documental de Lupone son los que rescatan la verba picaresca de algunos veteranos, mezclando los recuerdos del anciano alemán avecindado en México, Johannes Müller, quien con evoca sus tiempos de reclusión, con las anécdotas de antiguos miembros del Escuadrón 201, que con satisfacción refieren la fortuna de sus correrías eróticas desde Laredo y San Francisco hasta Manila...

Luigi Lupone afirmó que la fuerza emotiva de este documental era saber “quién era mi padre y con ello conocer el destino de 600 marinos italianos y alemanes.

“Sorprende, y avergüenza, que no había nada de información. Las academias de historia, en 1991, cuando comencé el proyecto, no tenían nada acerca de la participación de México en la Segunda Guerra Mundial, y descubro que la misión del Escuadrón 201, no era combatir japoneses bajo las órdenes estadunidenses, sino lavar el honor de los mexicanos por el hundimiento de sus barcos por los nazis.

Esa fue la conexión de la historia de los aviadores de combate mexicanos y la de los marinos como mi padre. Todas estas situaciones han sido inexplicablemente poco estudiadas y, por tanto, no divulgadas, pese a que era la ocasión en que México sincronizaba su reloj con el mundo, al emerger y decir: aquí estamos y vamos a participar con un grupo de hombres en contra del fascismo.

Lupone, egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, con 30 años de experiencia y un acervo de más de 50 documentales como productor, director, camarógrafo y editor, sostiene: “Lo que me interesaba era dar una información histórica y transmitir emociones. Me interesaba conocer el testimonio a cuadro duro, los protagonistas mirando a la lente, rememorando.

Es un documental difícil, porque es exigente con la atención que debe poner el espectador, por la diversidad de información y la mezcla de todo tipo de materiales. Para quien busca complacencia visual, pocos diálogos y poca información, aquí no la va encontrar. Es un viaje a los años 40, en el que el abuelo abre el desván familiar y enseña lo que hay en cajas y baúles llenos de polvo, abandonados.

El realizador estará en las funciones del 21, 22 y 23 de junio. Informes: Cineteca Nacional o [email protected]