Los siete jóvenes que permanecen en el Reclusorio Oriente tras participar en la marcha del 10 de junio no fueron liberados ayer, como se había previsto, ya que hubo algunos errores en los datos tomados por la afianzadora que retrasarán la liberación hasta mañana.

Se trató de un error humano. Originalmente las pólizas con los datos que dimos a la Afianzadora Insurgentes tenían un nombre mal escrito y cuando llegamos al juzgado a presentarlos, la secretaria nos dijo que así no podía hacerse el trámite, explicó a La Jornada David Peña, integrante de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos.

Cuando empezó la corrección, el sistema de cómputo de la afianzadora falló, tardó mucho en modificar algunos datos erróneos o cambió otros que eran correctos, lo cual retrasó el proceso hasta que se agotó el plazo fijado.

Peña consideró que las críticas a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) por indagar si hubo detenciones injustificadas o abusos policiacos en la marcha por el 42 aniversario del halconazo son absurdas, ya que los ombudsmen están obligados a dar credibilidad siempre a las denuncias de las posibles víctimas.

“La ciudad de México –consideró Peña– necesita una comisión de derechos humanos fortalecida y crítica. A diferencia del 1º de di­ciembre, este organismo actuó de forma más activa y creo que eso fue lo que molestó a Jesús Rodríguez Almeida”, jefe de la policía capitalina, quien el pasado viernes calificó las investigaciones de la CDHDF sobre los presuntos abusos como sesgadas y parciales por no incluir los daños sufridos por los agentes.

Tras reiterar que en la marcha del lunes pasado hubo detenciones arbitrarias y agresiones de los agentes policiacos, Peña insistió en que las críticas de Rodríguez Almeida son un último acto de defensa ante su propia incapacidad como funcionario.

Subrayó que los enfrentamientos ocurridos en la esquina del Zócalo y Madero fueron provocados por la agresión injustificada de los granaderos contra el joven Luis Octavio Amadeus Mariscal, quien estaba de espaldas a los agentes cuando fue detenido y golpeado por éstos, lo cual nunca fue explicado en la televisión.

Luego de manifestar extrañeza por que los grupos que verdaderamente provocan actos violentos nunca sean detenidos ni investigados, Peña consideró que los movimientos sociales deben afinar sus mecanismos de seguridad para evitar ser inculpados, como señalar y aislar ellos mismos a los provocadores.

Ayer al mediodía, compañeros y amigos de los detenidos marcharon del Palacio de Bellas Artes a la sede del Gobierno del Distrito Federal para denunciar de nuevo la represión que padecieron el lunes pasado y exigir la liberación de los presos políticos.