spaña, un país con una historia plagada de contrarreformas, de quema de brujas y de crucifijos en las aulas, ahora ha entrado en una especie de túnel del tiempo y vive una regresión plagada de histrionismo. Ya no sólo se trata de que la nueva reforma educativa, impulsada por el gobierno conservador de Mariano Rajoy, va a convertir a la religión católica en una asignatura evaluable y que puntuará para el acceso a la educación superior.

La nueva alerta que recorre a la capital española, Madrid, es que lanzó desde su atalaya el cardenal y arzobispo Antonio María Rouco Varela, la máxima autoridad católica en el país, quien llamó a sus fieles a buscar cuanto antes exorcistas para combatir al diablo.

El plan diseñado por el arzobispado –que es oficial y auténtico, además de que según su criterio absolutamente prioritario y urgente– es formar a sacerdotes en prácticas de exorcismo, con la meta puesta en tener lo antes posible a un comando de ocho curas expertos en combatir al demonio. Según la Iglesia católica española hay una gran demanda de ciudadanos para liberarse de posesiones demoniacas o de influencias maléficas (amarres, magia negra de brujas, esoterismo...).

Así que, según el criterio del clérigo, se hará con la máxima prioridad una formación acelerada de exorcistas, que en poco tiempo ya recorrerán las calles de Madrid con un único fin: luchar contra Lucifer y todas sus caras y representaciones. Literal.

Armando G. Tejeda, corresponsal