ebemos tratar de ver qué quieren hacer con Pemex el gobierno, los altos funcionarios de ese sector y las empresas, especialmente las trasnacionales. Muchos de ellos ni siquiera saben, no conocen el sector.
Una de sus fuentes de información es lo que han dicho altos funcionarios de Pemex. en presentaciones al respecto, ante inversionistas.
Se plantea excluir del presupuesto a la paraestatal; eso implica sacarla del manejo de dinero del Estado. Es un paso hacia el uso de los fondos de Pemex por particulares o por funcionarios conducidos por empresas privadas.
Se establece la venta de bonos de Pemex al público. También la venta de acciones a particulares. En ambos casos habría particulares, empresas o trasnacionales con parte de la propiedad de la paraestatal. Otros funcionarios niegan esto, pero está escrito en documentos de Petróleos Mexicanos.
En esos documentos también está escrita la eliminación del control por el Estado cambiando el artículo 28 de la Constitución.
Del mismo modo, están escritas en documentos de Pemex modificaciones al artículo 27 de la Constitución, eliminando el esquema estratégico y control del Estado.
Una propuesta más para la paraestatal es su competencia en los mercados.
Otros planteamientos están en los hechos ya conocidos, aunque hayan sido un fracaso.
Las aguas profundas, la producción acumulada de petróleo crudo igual a cero. Sin embargo, se les prevé una cantidad de recursos prospectivos
mayores a toda la producción del sureste.
Burgos, basada en siete contratos con otras tantas empresas extranjeras, por 15 años, y en otros casos por 20; se les otorga toda la actividad, y han derribado su producción en 20 por ciento, de 2009 a 2012.
En Chicontepec se les asignó un presupuesto, para 2012, de 19 mil millones de pesos, pero gastaron, o derrocharon, 28 mil 700 millones, o sea 50 por ciento más de lo autorizado. Y como comparación, Litoral de Tabasco ejerció en ese mismo año 3 mil 700 millones de pesos (casi una décima parte de Chicontepec), pero produciendo en ese mismo año cinco veces más crudo, sin contar el gas, que es mucho más.
Estos dos ejemplos son también de gasto de dinerales en trasnacionales, fuera de proporción con lo producido. Y se muestran las intenciones para Pemex.
En la región del sureste está la producción acumulada de 44.3 miles de millones de barriles de petróleo crudo equivalente, sobre un total de 53.7 miles de millones. En el sureste está 82 por ciento del total nacional. Allí también hay contratismo, pero está la totalidad del trabajo de Pemex por sí mismo. De modo que es puro discurso decir que con empresas privadas se va a aumentar la producción. Sólo se incrementa el dinero en los bolsillos de los funcionarios y de las empresas privadas.
¿Cómo combatir estas posiciones contrarias a Pemex y su fortalecimiento? Es claro que una de ellas es el impulso a sus posiciones y las alternativas. Hay que impulsar esas ideas.
¿Quiénes lo pueden impulsar y defender?
Partidos, o sectores de los mismos, que rechacen la entrega del petróleo.
Sindicatos o sectores sindicales.
Otros sectores populares: campesinos, maestros, periodistas; sectores, incluidos indígenas, que defienden sus tierras de empresas mineras, de extranjeros que quieren instalar equipos de viento a costa de tierras de indígenas o de ciudadanos locales en general, y de otros medios para enriquecerse a costa de los afectados.
Incluso policías comunitarios. Estos han apoyado movimientos populares.
Debemos impulsar la unidad, entonces, de todos los que rechazan el golpeo a Pemex.