Celebra el centenario de esa obra de Stravinsky
Estrenaremos una pieza creada desde la visión de la soledad, dice codirectora de la compañía
Jueves 13 de junio de 2013, p. 5
La compañía Delfos Danza Contemporánea se suma a la conmemoración del centenario de la partitura de La consagración de la primavera, de Igor Stravinsky, con una propuesta de acción física compleja y diferente.
El estreno de una nueva versión
de esa obra será el sábado 15, en el Palacio de Bellas Artes, donde tendrá una segunda función, el domingo 16.
Acompañados de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México (OFCM), con la dirección de José Areán, los bailarines de esa agrupación independiente rompen con la concepción de la coreografía de Vaslav Nijinsky para interpretar en el escenario a siete personas que se transforman en seres devastados por la realidad.
En la obra hay referencias a lo pagano, pero no como se lo imagina uno. Hay un sentido de transformación del ser humano a animal, a objeto. Para nosotros es una especie de ritual de devastación, no de reconstrucción
, explica a La Jornada Claudia Lavista –quien, junto con Víctor Manuel Ruiz–, dirige la compañía de danza.
La propuesta dancística de Delfos refleja cómo el mundo se transforma de modo vertiginoso: “Lo que sucede actualmente –indica Lavista– pasa demasiado rápido y a veces es tan violento que nos volvemos indiferentes a la realidad. Es como si pasara un tráiler encima de nosotros y las personas no hacemos nada. En ese sentido apunta la dramaturgia”.
En el Festival Internacional Cervantino de 1997, en Guanajuato, la agrupación presentó una versión de La consagración de la primavera, diferente a la actual, en la cual se abordó la fertilidad y el encuentro del hombre y la mujer. Ahora, en su nueva propuesta, Lavista y Ruiz decidieron crear algo completamente diferente con motivo de los 100 años de esa obra de Stravinsky.
Ya no somos los mismos de hace 16 años, cuando estrenamos esa versión. Nuestra visión de la música tampoco es la misma y en esta ocasión nos interesó saber cómo esa música nos habita como coreógrafos y bailarines, porque todos participamos en la creación
, explican los directores de Delfos.
La consagración de la primavera se caracteriza por una serie de acciones y de imágenes que se construyen mediante la progresión de las actitudes de los bailarines. Fue creada a partir de la improvisación y de juegos con elementos e ideas que Víctor Manuel Ruiz y Claudia Lavista estructuraron.
“Es una obra –precisa Lavista– construida desde la visión de la soledad, del espacio vacío, la falta de empatía, el caos. Están presentes el desequilibrio, el sentirse incómodo en un lugar y donde encontrarse con el otro parece imposible.
La coreografía es como un gran cuerpo dislocado que empieza aparentemente ordenado y conforme transcurre la obra se desarticula y todo se vuelve caótico. Para Delfos significa un rompimiento con lo que hemos realizado. Es una obra distinta y el público se sorprenderá
, adelanta.
La consagración de la primavera tiene muchas versiones realizadas en torno al ritual de sacrificio de una joven que es elegida para bailar hasta morir, entre las que figuran las de Maurice Béjart y Pina Bausch.
Al respecto, Claudia Lavista manifiesta: “Son consagraciones que han sido en su momento muy impactantes, por ser obras que reflejan la personalidad del coreógrafo claramente, pero cuando te planteas como autor realizar La consagración... estás frente a un monstruo musical y también coreográfico. Entrar a esa música requiere de una gran dosis de entusiasmo, porque es una locura”.
La nueva propuesta de la compañía Delfos, cuyo vestuario está a cargo de Mauricio Ascencio, utiliza el espacio musical y los cuerpos habitan un departamento. Es un proceso interesante que nos hizo repensar muchas cosas, no sólo la música, sino repensarnos a nosotros como artistas escénicos, como coreógrafos y generadores de imágenes. Es una danza construida a partir de acciones más que de movimientos
, expresa Lavista.
El programa de Delfos se complementa con Bolero, de Maurice Ravel, obra lírica en la cual, según la coreógrafa, los bailarines juegan con la simetría y transforman unas gabardinas en extensiones de su expresividad corporal.
La versión de Bolero, de Maurice Béjart es un referente en la danza contemporánea, interpretada por el fantástico bailarín Jorge Donn.
El director de la OFCM, José Areán, por su parte, comenta que La consagración de la primavera es una pieza que cambió el ritmo de la música y tuvo repercusiones de diferentes tipos.
Igor Stravinsky, explica, era un compositor relativamente desconocido cuando ocurrió el estreno de la obra con la que da un giro de tuerca a la historia de la música, porque puso el ritmo como elemento principal de su composición, cosa que no se había hecho
.
El director de la orquesta informó que en esa obra participan alrededor de 100 músicos, pues se trata de una partitura demandante en cuanto a los números.
La consagración de la primavera, de Stravinsky, y Bolero, de Ravel, con la compañía Delfos Danza Contemporánea, se presentarán el 15 de junio a las 18 horas y el día 16 a las 17 horas en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes (avenida Juárez y Eje Central, Centro Histórico).