Opinión
Ver día anteriorLunes 3 de junio de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Calidad del aire y triunfalismo gubernamental
L

os más recientes datos sobre la calidad del aire en las áreas metropolitanas de la ciudades de México, Monterrey, Guadalajara, Puebla, León y Toluca enterraron el triunfalismo gubernamental sobre el control de la contaminación atmosférica. Ya en años anteriores los especialistas dudaban de cifras y declaraciones optimistas en torno a un problema que afecta la salud de decenas de millones de personas. Con el agravante de que las estadísticas epidemiológicas dejan muchísimo que desear. Pese a ello los estudios regionales muestran que México es el país de América Latina con la mayor tasa de mortalidad por mala calidad del aire. Y que este deshonroso lugar se afianzó en la docena trágica, cuando megaciudades de otros países de la región muestran avances significativos y en proteger a sus poblaciones.

En las ciudades mexicanas destacan ahora como problema creciente el ozono y las partículas suspendidas (PM10). Los pocos estudios de los institutos de salud y los centros de investigación reflejan sólo parte de lo que ocurre en las megaciudades y nada de aquellas que no están en la lista prioritaria sobre el tema. Como Mexicali y Ciudad Juárez, donde la contaminación por dichas partículas adquiere enorme dimensión. O Guadalajara, donde las estadísticas sobre la calidad del aire son muy limitadas. Cabe recordar los elevados costos que ocasiona la contaminación atmosférica: más de 4 por ciento del producto interno bruto.

En el caso de la zona metropolitana de la ciudad de México, se perdió la brújula de lo que a fines de los años ochenta y los noventa del siglo pasado encaminó a las entidades que conforman dicha zona a avanzar en políticas y acciones conjuntas para atacar el problema. Y el mejor ejemplo de lo que está ocurriendo no solamente son las precontingencias ambientales de semanas atrás en la capital del país, sino que Toluca, Ecatepec, Neza, Naucalpan y Tlalnepantla tienen altos índices de contaminación.

En la región más poblada del país las causas de lo que sucede son bien conocidas: mala calidad y demanda creciente de los hidrocarburos que utiliza un parque vehicular privado que aumenta cada día y recibe el respaldo de las autoridades por medio de la construcción de vialidades modernas; en contraste, cuatro de cada cinco usuarios utilizan un transporte público ineficiente, obsoleto, en toda la región; menos rigor y corrupción en la verificación vehicular en los estados vecinos al Distrito Federal. No basta entonces conocer cada vez más sobre los contaminantes atmosféricos si a la par no se hacen realidad las medidas para reducir su generación y evitar daños a la salud pública. Por eso es de esperarse que funcione la nueva Comisión Megapolitana, integrada por el jefe de gobierno del Distrito Federal y los gobernadores de los estados de México, Morelos, Tlaxcala, Hidalgo y Puebla. Además, se estudia extender el programa Hoy no Circula a los nuevos coches.

Mientras tanto, no faltan funcionarios federales que resten gravedad a la actual sequía y sus efectos. Muy distinto piensan, por ejemplo, en Sonora, Chihuahua, Sinaloa, Zacatecas, Durango, Coahuila y San Luis Potosí. Los gobernadores de esas entidades reportan pérdidas millonarias por la muerte de animales y porque enflaquece el hato ganadero por falta de agua. Los agricultores reconocen que la sequía les impide producir las cosechas tradicionales, especialmente de maíz y frijol. Y falta agua en las comunidades rurales.

Si hace tres semanas nos referimos a los desabastos que sufren especialmente las colonias marginadas de las ciudades, los datos recientes son más alarmantes. Como es costumbre, se anuncian tardíamente medidas para paliar las carencias. Oren a Dios para que llueva, pide a la población el mandatario de Durango. Pero el cielo no escucha. Y es que la solución no está allí sino en garantizar la producción y utilización racional del agua.

En merecido reconocimiento a Chema Pérez Gay, anotemos que como director del Canal 22 hizo posible los 16 programas de la serie Diálogos sobre el medio ambiente , primera que sobre el tema realizó la televisión mexicana. Para Lilia y sus hijos un cariñoso abrazo.