Carnaval de maíz
n febrero, desde Estados Unidos se convocó por Twitter una marcha contra Monsanto. Se realizó el 25 de mayo en más de 50 países y 400 ciudades. Participaron más de 2 millones de personas.
Hay muchas razones para protestar contra esa transnacional. Pretende adueñarse de las semillas del mundo, patentarlas y luego tener a la humanidad de rodillas imponiéndole sus paquetes de semillas y agrovenenos. Si bien las empresas multinacionales son de suyo voraces, sorprende la perversidad de un propósito semejante.
Más sorprende que la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), no haya detenido ya esas ambiciones. Y también que haya tantos gobiernos corruptos en el mundo dispuestos a dejarse comprar por las empresas, aunque lleven a sus pueblos a una dependencia que provoque hambre y miseria.
La científica Vandana Shiva ha difundido que, en India, Monsanto vendió semillas inadecuadas con falsas promesas; miles de agricultores cayeron en la pobreza y al menos 200 mil se suicidaron. Se ha comprobado además que los alimentos transgénicos provocan daños a la salud.
El poder de esa empresa se evidencia en la aprobación en el Senado de Estados Unidos, de la Acta de protección a Monsanto
, que impide a los tribunales federales suspender o prohibir la siembra y venta de cultivos transgénicos, aunque se reconozca que son dañinos para la salud humana o el ambiente. Cientos de miles de estadunidenses rechazaron la ley, pero se impuso.
Es evidente la presión de todo tipo sobre el gobierno de México para que se abran las puertas a las siembras comerciales de maíz transgénico, sin que haya una sola razón para poner en riesgo a los maíces mexicanos, que por milenios han probado su eficiencia.
Por eso aquí tuvo amplia resonancia la convocatoria; en varias ciudades se organizó el #CarnavaldeMaíz#FueraMonsanto. Muy importante fue la presencia de cientos de jóvenes organizados que contagiaban su entusiasmo. Crearon máscaras en forma de mazorca, se vistieron con hojas de maíz, hicieron música, bailaron y diseñaron mantas creativas.
Con ellos decimos a gobierno y pueblo de México: Sólo los tontos se niegan a ver que los grandes monopolios nos esclavizan
, Soy mujer de maíz, fuera Monsanto
, El maíz, herencia de nuestros abuelos, nuestra carne, nuestro alimento. Nuestros abuelos nos han heredado semillas, nosotros luchamos para conservarlas
, Monsanto es racismo, es genocidio, control y sumisión del pueblo
.
Defender nuestro maíz no es romanticismo; es defender la biodiversidad y la vida.