Se busca dar certeza jurídica a su actuación
y que respeten derechos humanos
Miércoles 22 de mayo de 2013, p. 5
El Plan Nacional de Desarrollo (PND) prevé la creación de un marco jurídico para atender la realidad operativa
de la fuerzas armadas que realizan funciones de seguridad pública, que otorgue certeza a la actuación de su personal y procure el respeto a los derechos humanos
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El texto, dado a conocer el pasado lunes, refiere que la presencia e impunidad de los grupos criminales en algunas zonas del país se convirtieron en una amenaza muy seria a la estabilidad y a la capacidad para imponer la legalidad por parte de algunas autoridades municipales y estatales
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En el capítulo México en paz
, en la parte donde propone que los ciudadanos pasen del papel a la práctica
, refiere que sólo 36 por ciento de la población mayor de edad considera que el Estado puede resolver los problemas que enfrenta el país; 58 sostiene que la inseguridad es su principal preocupación; 85 indica que existe corrupción en el sistema de justicia penal, y 37 por ciento de las empresas ubicadas en el país sufre anualmente al menos un delito.
En el apartado defensa exterior y seguridad interior
señala que la colaboración de las fuerzas armadas
ha tomado un papel predominante en años recientes, debido a la violencia generada por las organizaciones delictivas.
Ante esta coyuntura, las fuerzas armadas enfrentan retos importantes. En primer lugar, destaca un marco jurídico que debe mejorarse para atender la realidad operativa. Las tareas que realizan las fuerzas armadas, particularmente las de coadyuvancia a la seguridad interior, deben basarse en un fortalecido marco jurídico que otorgue certeza a la actuación de su personal y procure el respeto a los derechos humanos
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El PND menciona que las organizaciones criminales aumentaron los volúmenes de sus ganancias y con ello su capacidad para corromper autoridades y asegurar el tránsito por ciertas zonas del país
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Agrega que en años recientes
la estrategia contra la delincuencia organizada generó vacíos de poder en la delincuencia organizada, que detonaron luchas violentas por el control territorial en importantes ciudades del país
, y que esa lucha incrementó los niveles de violencia y deterioró la percepción ciudadana sobre su seguridad y la eficacia de estrategia misma
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