El Canal 22 festeja dos décadas de existencia frente a una serie de retos que van desde elaborar una atractiva programación, la cual abarcará más horas de tiempo aire, no obstante la reducción de su presupuesto, hasta mantenerse al día en cuanto a la comunicación y la nueva tecnología, expresó Raúl Cremoux, director general de la emisora cultural.

Las buenas noticias primero. Nacida en junio de 1993, la estación apenas hace 15 días se convirtió en propietaria del terreno en el cerro del Chiquihuite, donde están sus antenas.

Para ese fin, se efectuó una expropiación legal con un acuerdo presidencial.

Entrevistado, Cremoux explicó que no ser el dueño de ese predio provocaba mucha inseguridad, porque ante el advenimiento de nuevas cadenas las grandes firmas se acercaban con el propósito de ver si lo compraban. Luego, los ejidatarios elevaban considerablemente el precio. Calculó el costo del terreno en alrededor de un millón 200 mil pesos.

En la actualidad, Canal 22 tiene su equipo 100 por ciento digitalizado. Eso significa que lo mismo captamos imagen en DHL, que transmitimos. Estamos preparados para el apagón analógico pues, lejos de atemorizarnos, estamos a la vanguardia, aseguró.

Recurrir a la magia

Por otro lado, el presupuesto de Canal 22 se redujo en 31 millones de pesos, situación que Cremoux espera subsanar pronto a pesar de que el recorte ha sido generalizado en virtud de tener recursos para la cruzada contra el hambre que impulsa el gobierno federal.

El presupuesto del año pasado, 252 millones de pesos, primero recibió un recorte de 7.5 por ciento y luego de 8 por ciento, para dar un total de 14.5 por ciento, y quedar en más o menos 221 millones de pesos.

Esta cifra, 19 millones 300 mil dólares, significa cuatro series de las grandes que puede hacer Nacional Geographic, por ejemplo. Para que dure este presupuesto equivalente al de tres días y medio de Televisa, tenemos que ser brutal y despiadamente eficaces. Es la única manera de salir adelante. Hemos recurrido a la magia para que no existan recortes en la programación.

Consideró que, al ser una concesionaria pública, un recorte presupuestal de esta naturaleza, abre la posibilidad de vender espacios, vender o rentar servicios y espots, en suma hacer una potencia de la comercialización.

Otra debilidad que encontró Cremoux al asumir la dirección del Canal 22 a mediados de enero pasado, fue una señal internacional particularmente decaída, pero tratamos de buscar la manera de robustecerla.

Para atender ese problema cuentan con el apoyo de la Secretaría de Relaciones Exteriores y, señaló Cremoux, también hemos firmado un convenio con la agencia Dextro, que es la primera promotora de plataformas educativas y culturales en Estados Unidos.

La señal internacional, agregó, cubre prácticamente todo el sur de Estados Unidos, además de ciudades como Chicago y Nueva York. Tener una señal de esta naturaleza es para apoyar a los migrantes, a los mexicanos que aquí no han tenido oportunidad de poderse desarrollar, que envían remesas semejantes a la renta petrolera. El esfuerzo que hacen es del tamaño de la vergüenza que da mencionarle: enorme.

El 22, continuó Raúl Cremoux, “no es un pequeño canal como pudiera pensarse. Es un canal que tiene la señal metroplitana, la nacional, la internacional y también hacemos esfuerzos por tener en todo lo que es vía Internet una oportunidad para que los jóvenes puedan participar.

Al pensar en Internet estamos pensando en la cantidad enorme de jóvenes que realizan ya videos, los suben a la nube, por decirlo así, y será una tarea nuestra tener la capacidad de analizar cuáles son los materiales que nos convienen para poder tener una televisora realmente interactiva con ellos. Esto es un proceso que nos tomará dos o tres años, pero ya estamos en ello.

También el canal está en el proceso de recuperar su horario de 7 a 14 horas, que durante 15 años fue ocupado por el Instituto Latinoamericano de Comunicación Educativa, pero que empezó a carecer de recursos suficientes para producir adecuadamente.

Para aligerarles la carga, se les dijo que en el 22.3, también señal nuestra, tendrán algo de espacio para los maestros, alumnos o quienes fueran que los veían, indicó Cremoux.

El entrevistado aseguró que para armar la programación escuchamos al público, porque tenemos lo que no tiene ningún otro canal en México: la defensoría del televidente.

Además, el 22 tiene una enorme aceptación en las redes sociales. En Twitter es el medio con más seguidores. Claro, tenemos límites, no es posible darle gusto a todo mundo, tampoco tenemos las posibilidades reales de negar y decir que no, pero analizamos qué podemos hacer y lo hacemos.