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Con el montaje de la obra El Santo Chueco acercan la cultura a zonas populares

Llevan el teatro a calles, plazas y casas en la delegación Álvaro Obregón
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Escena de El Santo Chueco, obra que durante tres meses se presenta en varios espacios de la delegación Álvaro ObregónFoto Carlos Cisneros
 
Periódico La Jornada
Martes 21 de mayo de 2013, p. 7

A veces es la calle, otras en el quiosco de la plaza, una esquina, el patio de una casa, un callejón, o hasta en un salón de fiestas. El arte teatral camina y llega a los rincones de la delegación Álvaro Obregón con la finalidad de sacarlo de su envoltura de auditorios aterciopelados para acercar la cultura a zonas populares. Teatro en las colonias es el nombre del proyecto encabezado por los diputados locales Polimnia Romana y Fernando Zárate.

La historia de un asesino, un bribón completo, que lo mismo roba vacas, mujeres y tierras: El Santo Chueco es el montaje que recorre desde principio de mayo las diferentes colonias cada fin de semana y así lo hará por los siguientes tres meses.

Un paisaje de cualquier pueblo mexicano, con su iglesia al centro. Y aparecen un obispo corrupto, los hermanos caciques, el gendarme, mujeres alegres y hasta la muerte enmascarada. Es la historia del traficante más chueco con la que desde principio de mayo se realiza la segunda temporada de la propuesta que comenzó en diciembre pasado con la representación de Pastorela en diez actos.

En seis meses se han visitado 70 colonias, informan los diputados a los vecinos que llegaron hasta el salón de fiestas donde al medio día se presentó la obra. Dos horas más tarde, en plena calle, cerca de la estación Observatorio del Metro, es hasta donde se ha movido la puesta en escena.

Es una obra basada en uno de los cuentos de El Decamerón, libro del italiano Giovanni Boccaccio, escrito en 1353. Sin embargo, la historia aparece muy mexicana, con cinco actores en escena, los cuales, con máscaras, interpretan una diversidad de personajes y un acordeonista musicaliza en vivo la obra, a la manera de las pianolas en las películas de cine mudo.

Experiencia con los niños

La obra está orientada principalmente a los niños y a sus papás, expone la diputada Polimnia Romana en entrevista a las afueras del salón de fiestas, que hoy se ha convertido en el teatro del barrio. Es en verso y de forma divertida da un mensaje sobre hacer una política distinta, de tomar conciencia de escoger las verdades y no creer a primera vista lo que se presenta.

Después de atender a un joven que se ha acercado con su bicicleta a preguntar qué está pasando, la diputada conversa con La Jornada sobre este proyecto y describe que la finalidad se divide en varios ejes:

El primero es acercar el arte y el teatro a las personas, principalmente a los más pequeños, quienes reciben el arte naturalmente y les gusta, porque les provoca algo. Los adultos vamos perdiendo esa sensibilidad. Queremos hacer una primera experiencia buena con los niños, para que tengan un sentido diferente del arte y no crean que siempre es aburrido.

Crear un sentido de comunidad es otra de las metas que busca el teatro en las colonias en Álvaro Obregón; se ha perdido mucho por la televisión, porque la gente trabaja más para ganar muy poco, entonces cada vez convive menos con su comunidad. Si estamos poco con la familia, con los vecinos menos, afirma la legisladora por el distrito XXV del Distrito Federal.

Donde los ciudadanos quieran, ahí les llevamos el teatro y comenta que son los colonos los que solicitan y organizan la visita del teatro a las afueras de sus casas. Ellos proponen el lugar, se les brindan los volantes y carteles, pero ellos son quienes invitan a sus vecinos. Nosotros llegamos con las sillas y la compañía teatral.

La premisa es que las colonias menos organizadas son las que menos beneficios tienen. Además de que pueden ser más seguras, como en los pueblitos, donde todos se conocen y si llega un extraño, lo identifican.

Como en muchas delegaciones de la ciudad, la gente está acostumbrada a que cuando un diputado se acerca, lo hace para regalar despensas, gorras, camisetas y ya. Al final de la función los dos legisladores hablan sobre sus funciones y las leyes que se impulsan en la Cámara o en la Asamblea Legislativa. Además, tras dar sus datos, una fila de ciudadanos con peticiones comienza a atiborrar la lista de pendientes por hacer.

Las personas ríen, sobre todo los niños, y salen con otra cara de regreso a casa. No necesitamos iluminación ni micrófonos, la escenografía es muy sencilla, porque la magia del teatro es que obliga a usar la imaginación.

Agrega que la gente no sabe que quiere teatro, porque no lo conoce, pero cuando están en las calles, se empieza a llenar de personas que se acercan a ver qué ocurre. A veces algunos actores regresan a dar clases gratuitas de actuación ante el interés de los niños. Después de la función, cuando les preguntan qué quieren ser de grandes, responden quiero ser actor, tocar música; una vez un niño respondió: quiero escribir obras.