Frenar su crecimiento, de los principales retos del sistema nacional de salud
Especialistas señalan que en el PND se deben plantear alternativas para resolver el desafío
Domingo 19 de mayo de 2013, p. 37
Frenar el crecimiento en el número de personas con diabetes es uno de los principales retos del sistema nacional de salud, lo que no se ha logrado pese a que el tema ha estado entre los programas prioritarios del gobierno federal. La meta de reducir la mortalidad por este padecimiento se incumplió en el sexenio pasado y, más bien, el indicador creció 4.1 por ciento, como se reconoció en el último informe de gobierno de Calderón.
La prevalencia de la alteración metabólica también aumentó, y de acuerdo con las estadísticas más recientes alrededor de 12.8 millones de personas la tienen, y de éstas sólo la mitad lo saben. Esta, a su vez, es una de las manifestaciones más evidentes de sobrepeso y obesidad que afecta a 71 por ciento de los adultos en el país, en una tendencia que tampoco se ha reducido, no obstante que desde 2006 se declaró al país en emergencia por esta causa.
El exceso de peso corporal condiciona el desarrollo de diversas afecciones. De ahí la insistencia de expertos y organizaciones civiles para que la administración del presidente Enrique Peña Nieto asuma una posición decidida para afrontar el problema, entre ellas, prohibir la publicidad dirigida a la infancia sobre alimentos de nulo contenido nutricional y regular el etiquetado de los alimentos procesados, entre otros.
Lo anterior, junto con la todavía elevada tasa de mortalidad materna, el rezago en materia de salud sexual y reproductiva, principalmente en los adolescentes, la falta de atención a las enfermedades mentales, el retroceso en materia de vacunación y la prevalencia de desnutrición en 1.7 millones de niños son algunos de los asuntos pendientes de resolver en el país.
Ante la próxima presentación del Plan Nacional de Desarrollo (PND) –anunciada para este lunes– y el sectorial de salud 2013-2018, especialistas y activistas han señalado la necesidad de que el gobierno federal plantee alternativas efectivas para afrontar y resolver estos y otros retos como la prevención, detección y atención oportuna del cáncer y otros males crónicos.
En la historia moderna, el sector se ha distinguido por la continuidad que ha tenido en sus acciones, las cuales se reflejan en el mejoramiento de las condiciones de salud y vida de la población en general. Al mismo tiempo, se ha comprobado el perjuicio que ocasiona el descuido de los programas, como lo ocurrido con el de vacunación, cuya cobertura se había mantenido arriba de 95 por ciento, y en los años recientes descendió hasta 64 por ciento en algunas entidades y en otras está debajo de 50 por ciento (La Jornada 24/04/13).
Así, además de avanzar en la integración funcional del sector, la finalidad de largo plazo trazado con claridad desde la creación del Sistema Nacional de Protección Social en Salud y su brazo operativo, el Seguro Popular en 2004, el gobierno federal tendrá que plantear una estrategia que atienda los pendientes para mejorar la salud de las personas y revertir los efectos que ha dejado el sedentarismo, el mayor acceso a productos con elevado contenido de azúcar, sal y grasas y la disminución en el consumo de frutas, verduras y agua simple.
La Secretaría de Salud (Ssa) ya anticipó la presentación de una estrategia nacional contra la obesidad. Falta ver que incluya medidas efectivas de control de alimentos de bajo contenido nutrimental, prohibir la publicidad de estos productos y reglamentar el etiquetado de los procesados, entre otros, han señalado organismos como la Alianza por la Salud Alimentaria.
Otros aspectos que deberá atender el Plan Nacional de Salud tienen que ver con las áreas administrativas y de gestión de los recursos económicos para, por ejemplo, garantizar el surtimiento de recetas médicas que en el Seguro Popular es de 70 por ciento, o la utilización eficiente de la infraestructura hospitalaria, como lo ha reconocido la Ssa.
