Buenos Aires, 18 de mayo.

Las fuertes repercusiones por la muerte del ex dictador Jorge Rafael Videla continúan en todo el país, mientras sus restos siguen en la morgue judicial para practicarle una autopsia, por lo que aún no se conoce la fecha del entierro.

Según el Servicio Penitenciaro Federal, Videla, de 87 años, fue encontrado en las primeras horas de la mañana en su celda sin pulso ni reacción pupilar, por lo que se realizó un ECG (electrocardiograma), comprobándose que estaba muerto.

Las primeras pruebas médicas determinaron que habría sido por muerte natural, pero en estos casos resulta obligatoria la necropsia, que se efectuará en la morgue judicial del Cuerpo Médico Forense de la capital federal.

Hasta el momento la familia mantiene silencio, seguramente en espera de que les entreguen el cuerpo para anunciar el velorio y lugar del entierro, donde se verán manifestaciones de sus seguidores, especialmente familiares de militares juzgados, a los que consideran presos políticos, como sucede con el movimiento que dirige Cecilia Pando.

Estos grupos han reconocido a Videla como quien estuvo a la altura de su historia, al desafiar a la justicia y hacerse responsable de lo actuado en los peores años de la guerra sucia, que consideró casi una guerra santa para salvar el país y, especialmente, por la dureza con que cuestionó a los gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández, incluso llamando a un golpe militar contra la mandataria.

Videla será sepultado sin honores militares, pues así lo estipula la actual legislación, la cual no lo permite para ninguno de los responsables y participantes de la pasada dictadura militar. El ex presidente de facto nunca reconoció el terrorismo de Estado ni los crímenes de lesa humanidad cometidos.

El joven fiscal a cargo del juicio oral sobre la operación Cóndor, Pablo Ouviña, quien juzga a 25 por crímenes de lesa humanidad, dijo que tuvo la esperanza de que Videla aportara datos sobre ese accionar contrainsurgente, en el cual comandos conjuntos de la dictadura podían desplazarse de un país a otro para secuestrar, torturar, interrogar a prisioneros políticos o trasladarlos de una nación a otra ilegalmente, o directamente asesinarlos, como sucedió con altos dirigentes políticos en distintos lugares del mundo.

El proceso judicial no será lo mismo sin Videla, ha dicho el fiscal, quien sin embargo podría utilizar varias de las entrevistas que se le hicieron al ex dictador en tiempos recientes y seguramente surgirán nuevos datos sobre su responsabilidad.

Si algo es imposible, es que los dictadores de esos momentos ignoraran la existencia del plan Cóndor, cuando se trataba de un acuerdo firmado entre las dictaduras, que además no sólo exigía desplazamientos militares de uno a otro país o a lugares más lejanos, sino fijar objetivos y el envío de cables cifrados y participaciones especiales en cada una de las naciones, que no se podían hacer sin la autorización de los gobiernos de facto.

De hecho, existen documentos que muestran cómo se informaba a los dictadores Augusto Pinochet o Alfredo Stroessner por subordinados cercanos de cada movimiento que se hacía en la Red Cóndor.

En declaraciones a una radio local, Ouviña sostuvo que lo que se ha muerto con Videla es un poquito de esperanza. Por todas las cosas que no dijo y que pudo haber dicho. Mi esperanza era que en algún momento lo hiciera.

Sin embargo, las manifestaciones públicas se van a utilizar en el juicio, porque todo se puede usar; después los jueces van a asignarle valor, dijo.

Recordó que la mayor dificultad es la imposibilidad de acceder a información fundamental en estas causas por el pacto de silencio que existe entre los involucrados desde el momento en que se inició la represión y si Videla asumió toda responsabilidad fue para beneficiar al resto de los imputados.

Amnistía Internacional (AI) destacó que el fallecimiento ocurrió en la cárcel, donde cumplía una condena perpetua por crímenes de lesa humanidad.

La muerte del ex general Jorge Rafael Videla en prisión muestra que Argentina ha dado importantes pasos en el camino del esclarecimiento y el castigo de los crímenes contra la humanidad cometidos durante la última dictadura militar, sostiene en un comunicado.

La directora de AI Argentina, Mariela Belski, resaltó que el país mostró el camino en el juicio y castigo a los responsables de torturas, asesinatos y desapariciones de miles de personas durante las muchas dictaduras militares que padeció la región, y alentó a este país y otros a continuar esfuerzos para llevar ante la justicia a los responsables de los terribles crímenes cometidos durante los años más oscuros.

Advirtió que mediante diversos informes de AI existen pruebas abrumadoras de que muchos ciudadanos inocentes han sido encarcelados sin juicio,torturados y asesinados.

Añadió: Videla lideró el golpe militar en Argentina en marzo de 1976 y encabezó la junta militar hasta 1981. Se cree que alrededor de 30 mil personas fueron secuestradas, torturadas y desaparecidas durante el régimen militar.