París, 6 de mayo.

El presidente francés, François Hollande, prometió que el segundo año de su presidencia será el de los resultados, durante una reunión con sus ministros, al cumplirse este lunes el primer aniversario de su elección, marcado por los malos resultados económicos y una impopularidad récord.

Lo que se ha hecho desde hace un año es consistente, y lo que queda por hacer es considerable, indicó Hollande a su gabinete reunido en el palacio del Elíseo, en una declaración introductoria transmitida a la prensa.

Anunció que el primer ministro Jean-Marc Ayrault presentará en unas semanas un plan de inversiones para los próximos 10 años destinado al sector “digital, la transición energética, la salud, las grandes infraestructuras y, de forma general, las nuevas tecnologías.

Las reformas van a cambiar el rostro de Francia, pero requieren tiempo para dar su plena medida. No obstante, dijo entender el escepticismo de los franceses.

El presidente también hizo referencia a la oposición que enfrenta, dura, brutal, a veces, incluso, en la calle.

El domingo decenas de miles de manifestantes marcharon en París, convocados por el líder de la izquierda radical Jean-Luc Mélenchon, en protesta contra las promesas traicionadas de los socialistas en el poder.

En paralelo, miles de opositores al matrimonio entre homosexuales, que no se rinden pese al voto definitivo de la ley en el Parlamento, salieron a las calles de las grandes ciudades de Francia.

Atacado desde todos los frentes, calificado de persona sin color, sin olor y sin sabor por la líder de la extrema derecha Marine Le Pen, Hollande bate todos los récords de impopularidad, en sólo un año en el poder y en un contexto de desempleo de 10.6 por ciento y de crecimiento estancado.

Además, la imagen de la República ejemplar que pretendía poner en marcha ha sido seriamente dañada por la confesión del ex ministro de Presupuesto, Jérome Cahuzac, sobre su cuenta bancaria escondida en el extranjero.

Un año después de la elección de François Hollande, Francia vive una crisis política, económica, social y moral, observó hoy el diario de izquierda Libération.

En este contexto, no se programó celebración alguna por el aniversario del 6 de mayo de 2012, cuando la izquierda volvió al Elíseo por primera vez desde la salida de François Mitterrand en 1995.