Asesinatos racistas, atentados con bomba y robos, los cargos
juicio del siglocontra 5 neonazis
Martes 7 de mayo de 2013, p. 22
Múnich, 6 de mayo.
La justicia alemana comenzó hoy el juicio contra un grupo de neonazis acusados de 10 asesinatos racistas, varios atentados con bomba y robos a bancos. Es el proceso más importante por hechos de violencia cometidos por la ultraderecha desde la Segunda Guerra Mundial.
La principal acusada es Beate Zschaepe, única superviviente de un trío terrorista que se dio el nombre de Subsuelo Nacionalsocialista
(NSU), al que se atribuye el asesinato de ocho migrantes turcos, uno griego y una mujer policía entre 2001 y 2007. La corte de Múnich juzga también a cuatro presuntos cómplices.
El proceso, con 77 querellantes de familias de las víctimas y más de 600 testigos, puede extenderse hasta 2015. El tribunal amaneció en medio de fuertes medidas de seguridad, manifestantes antinazis y medios de todo el mundo que ya hablaban del juicio del siglo
.
En su esperada primera aparición pública, Zschaepe entró a la sala de la corte vestida con blusa blanca y chaqueta negra, con los brazos cruzados y notablemente serena. Al llegar a su sitio se colocó de espalda a las cámaras.
El fondo racista de la serie de asesinatos salió a la luz en noviembre de 2011, cuando los otros dos miembros del trío, Uwe Mundlos y Uwe Boehnhardt, se suicidaron antes de ser detenidos. Los tres vivieron juntos en la clandestinidad más de 10 años.
Zschaepe incendió la vivienda que los tres compartieron en Zwickau, en el este de Alemania, y se entregó a la policía. Desde entonces guarda silencio y ya anunció que no hablará durante el proceso.
Durante el juicio, que comenzó con un retraso de tres semanas por un problema en el reparto de las plazas para periodistas extranjeros, se intentará aclarar las incógnitas, como el verdadero papel que tenía Zschaepe en el trío y en los crímenes.
Una comisión de investigación del Parlamento intenta aclarar los errores de los servicios secretos, que no sólo ignoraron durante años la pista del terrorismo de ultraderecha, sino incluso sospecharon de familiares de las víctimas, los interrogaron y consideraron que los crímenes eran obra de la mafia turca.
El errático papel de las fuerzas de seguridad consternó a los alemanes, provocó la renuncia del jefe de los servicios de inteligencia y desató una restructuración de los cuerpos de seguridad del país.
Por ello, el inicio del juicio se vio acompañado de manifestaciones de grupos contra la ultraderecha y reclamos de un esclarecimiento definitivo de lo ocurrido. El proceso es una oportunidad única
de devolver la confianza perdida en el estado de derecho, comentó Angelika Lex, abogada de la viuda de una víctima.