Martes 7 de mayo de 2013, p. 28
Madrid, 6 de mayo.
Un ciudadano español de 40 años, desempleado y amenazado por el desahucio de su vivienda, se suicidó en Barcelona minutos antes de que la comisión judicial que iba a ejecutar su lanzamiento
entrara a su casa. De hecho, la primera persona que vio al hombre tras haberse ahorcado fue el cerrajero que, previa orden judicial, abrió las puertas del domicilio. Se trata del decimoquinto suicidio desde el comienzo de la crisis, en 2008, de los cuales 14 se produjeron en el último año y medio.
El gobierno del conservador Mariano Rajoy se sigue negando a incluir en su reforma de la ley hipotecaria las medidas que evitarían que siga aumentando el número de lanzamientos
por impago del crédito hipotecario.
Uno de los dramas más graves en España desde el comienzo de la crisis son los desahucios de ciudadanos o familias de sus viviendas particulares, ya sea por el impago del crédito hipotecario o de alquiler. Esta situación se observa sobre todo en familias donde la mayoría de sus integrantes se quedaron sin trabajo, sumándose a los ya más de 6 millones 200 mil desempleados, que representan 27.1 por ciento de la población activa, la más alta de la Unión Europea y de todos los países que integran la OCDE.
Más de 250 lanzamientos diarios
Según los últimos informes del Consejo General del Poder Judicial, en España se han ejecutado más de 480 mil desahucios desde 2008, lo que supone una media de más de 250 diarios y 85 mil anuales. Un drama que no cesa y que, según la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) se podría evitar si el gobierno español acatara los dictámenes de los tribunales europeos, que consideran que la legislación hipotecaria española es ilegal
y profundamente injusta
con el consumidor, pues el lanzamiento
no hace que desaparezca la deuda y en la mayoría de los casos se incrementan notablemente los intereses.
Uno de los rostros más dramáticos de la crisis y los desahucios es el de las personas que han decidido quitarse la vida antes de ser expulsados de su casa. En el último año y medio se han registrado al menos 14 casos con circunstancias muy similares: minutos antes de que llegara a su vivienda la comisión judicial, casi siempre con algún policía, bombero o cerrajero para abrir la casa, la persona decide tirarse por la ventana, ahorcarse o ingerir una masiva cantidad de pastillas.