on empresarios admirados y respetados internacionalmente. Figuran entre las personas con más influencia en el mundo y su fortuna alcanza casi los 25 mil millones de dólares. En apenas tres décadas sus empresas han tenido un éxito inesperado y la principal, Google, sigue extendiendo sus tentáculos. Ahora Sergey Brin y Larry Page, creadores de la compañía más valiosa y potente de Internet, trabajan en un proyecto que permitirá a los usuarios de smartphones acceder a información con simples comandos de voz. Esperan poner en el mercado este nuevo sistema el año próximo.

Larry acaba de cumplir 40 años. Brin los celebrará en agosto próximo. Ambos gozan el éxito de una aventura que comenzó en un garaje alquilado en San Francisco con un millón de dólares prestados por amigos, familiares y unos cuantos inversionistas. Google tiene ingresos por publicidad por más de 52 mil millones de dólares. Tanto poder e influencia choca ahora con la industria de medios de comunicación y la cinematográfica estadunidense.

También con las autoridades fiscales de varios países. De España, por ejemplo, donde la filial de Google dice registrar sólo pérdidas los recientes seis años. Más de 120 millones de dólares. Así que es el fisco el que adeuda dinero a la trasnacional. Ésta dice que pierde a pesar de que sus ganancias aumentaron. Todo debido a la magia evasora: trasladar los beneficios que obtiene a paraísos fiscales. Preferentemente a Irlanda y Bermudas.

Ese mismo comportamiento lo descubrieron los gobiernos de Alemania, Italia y Francia. Los tres buscan ahora terminar con esas irregularidades. Francia, por ejemplo, le está reclamando a Google casi mil 300 millones de dólares por impuestos no pagados el pasado lustro. Según fuentes oficiales, el gobierno lo exhortó a que llegue a un acuerdo con los periódicos franceses, que reclaman a Google publicar sus noticias y reportajes sin pagar nada por ello. La evasión de Google en Francia no es poca cosa: obtuvo en un año cerca de mil 800 millones de dólares, declaró al fisco apenas 170 y pagó de impuestos 6.5 millones. El resto del dinero fue a dar a los paraísos fiscales.

En Estados Unidos, algunas empresas pertenecientes a Google también son investigadas por el mismo motivo. Tarea nada fácil, pues los asesores fiscales de la empresa son famosos por sus técnicas para evadir al fisco, igual que hacen las grandes corporaciones. O Starbucks y Amazon, descubiertas in fraganti en Inglaterra y Francia. Pero cuando los gobiernos se lo proponen, hasta el más poderoso cae… fiscalmente.

Como en las grandes multinacionales, la ingeniería evasora que utiliza Google tiene éxito y explica en parte el crecimiento de sus ganancias. Y conste que no es un nuevo invento de los cuarentones Brin y Page.