Ciudad del Vaticano, 2 de mayo.

Francisco recibió este jueves al papa emérito Benedicto XVI en el Vaticano, un encuentro que marca el inicio de una convivencia sin precedente entre dos pontífices.

Se trata de la primera vez en la historia que dos papas conviven dentro de las murallas del Vaticano, los dos vestidos de blanco y con el título de Su Santidad.

Benedicto, primer Papa en abdicar en 600 años, vivirá en un convento ubicado en los jardines vaticanos con vista hacia la cúpula de la Basílica de San Pedro y a unos minutos de la residencia de su sucesor, Francisco.

El jefe emérito de Iglesia, de 86 años y con delicada salud, llegó en helicóptero desde Castelgandolfo, residencia papal de verano ubicada al sur de Roma, donde residía desde el 28 de febrero, mientras el convento donde vivirá era restaurado.

El papa Francisco, de 76 años, encontró a Benedicto XVI por primera vez desde el 23 de marzo, cuando el pontífice visitó a su predecesor en Castelgandolfo y este último reiteró su promesa de reverencia y obediencia incondicional.

El pequeño edificio donde residirá Joseph Ratiznger incluye una capilla, una biblioteca para el ex profesor de teología, habitaciones para sus ayudantes y una habitación de huéspedes para su hermano mayor, Georg, quien es monseñor.

Si bien la presencia de un jefe de los católicos en funciones y un ex pontífice es una nueva situación, expertos dicen que sólo causaría dificultades si Benedicto XVI intentara influenciar las decisiones de Jorge Mario Bergoglio, algo que el primero prometió no hacer.

Poco después de su renuncia, el Papa alemán dijo que estaría retirado en oración y viviría escondido del mundo.

Algunos académicos de la Iglesia católica dicen que en caso de que Francisco anule algunas de las políticas de Benedicto VXI mientras éste se encuentre con vida, el pontífice emérito podría convertirse en una referencia para los conservadores y polarizar a la Iglesia.

Autoridades del Vaticano han dicho que los dos hombres, que utilizan una vestimenta similar podrían reunirse ocasionalmente y tal vez hablar sobre temas de la Iglesia, pero que Francisco toma sus propias decisiones.